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Amante peligroso

Capítulo 134: Obligarla constantemente

-¿Acabas de decir que la señorita Denis estaba balbuceando mi nombre en su sueño?- Si no lo entendía mal, “Julián” se refería a él, ¿no? Julián mostró una expresión muy rara... Cof, cof, cof, ¿acaso su encanto era demasiado fuerte? A parte de que Norberto llevó a Denis a la cita ese día, él y Denis solo se vieron una vez.

-Joaquín, ¿de verdad ha llamado “Julián”?- Julián más que nada tenía curiosidad, pero no sabía que estaba metiendo la pata preguntando demás.

Antes de que terminara de hablar, la persona al otro lado de la línea cortó la llamada.

-¿Hola? ¿Hola? Joaquín, ¡aún no me has contestado!-

Al otro lado del teléfono, Joaquín directamente colgó.

No era la primera vez que escuchaba la palabra “Julián” en los sueños de esa mujer, si no era Julián Pérez... ¿Quién era?

Dobló el dedo para dar golpecitos continuamente en la mesa de la sala de reuniones, luego se detuvo de repente e inmediatamente llamó a Manrique, -Ve y averigua si hay un tal “Julián” en la cárcel.-

Obviamente, aunque Joaquín no estaba completamente seguro de si Denis tenía a alguien llamado “Julián” a su lado hacía tres años, cuando regresó tres años después, ese nombre era lo único que balbuceaba en su sueño, así que la pista solo apuntaba a un lugar… ¡La cárcel en que había estado tres años!

Se dio la vuelta y regresó a la oficina.

La mujer en el sofá estaba durmiendo profundamente, no mostraba señales de despertar.

Estaba trabajando sentado detrás de su escritorio, y luego entró su secretaria, -Señor...-

Tan pronto como la secretaria emitió un sonido, vio que el hombre detrás del escritorio levantaba el dedo índice para hacerle una seña de que se callara y luego señaló al sofá. La secretaria siguió la mirada del hombre hasta del sofá donde había una mujer durmiendo, así que enseguida asintió con la cabeza para expresar su comprensión.

Sin hablar, levantó el pie y caminó hacia el escritorio, pero el sonido de los tacones altos golpeando el suelo no pudo evitarse, entonces una mirada fría vino desde detrás del escritorio, y la pobre secretaria se asustó tanto que empezó a andar de puntillas.

Al parecer, ¡solo las mujeres comprenderían que caminar de puntillas con unos tacones de siete u ocho centímetros era una de las torturas más crueles del mundo!

Finalmente, llegó hasta el escritorio, puso los documentos que llevaba sobre el escritorio y dijo en voz baja, -Señor Joaquín, este documento necesita su firma.-

La secretaria miró que su jefe firmó su nombre con elegancia haciendo un trazo con el boli. No obstante, se sintió amargada, era un trabajo simple para su jefe hacer una firmita de nada, pero ella tenía que tomar el documento y volver... Eso le iba a costar la vida.

Sin embargo, su jefe siempre había sido una persona impasible, y era la primera vez que le veía preocuparse tan nerviosamente por alguien. Así que, con curiosidad, se asomó hacia el sofá... Pero se quedó decepcionada.

Solo era una chica muy común...

Después de mirarla por un momento, sintió que le parecía familiar. Como empezó a sospechar, miró con más atención, y cuanto más miraba, más familiar le parecía.

De pronto, no pudo evitar decir, -Señor Joaquín, ella... se parece mucho a la señorita Denis de entonces.copy right hot novel pub

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