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Amante peligroso

Capítulo 138: Maquinación

-Señora Yanet, ¿a dónde quieres que yo regrese?- Denis sentía un dolor inmenso en su interior, miró levemente a la madre que la dio a luz y la crio a su frente.

Que el título “señora Yanet” cortó todo el afecto de familia entre las dos personas.

La cara de la señora Yanet estaba un poco avergonzada, pero esa vergüenza desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Solo se limitó a agarrar la mano de Denis y la arrastró hacia la puerta de la villa, -Denis, no provoques molestias, te lo ruego. Esta es una ocasión muy importante, no hagas ningún escándalo y vete, ¿de acuerdo?-

¡Denis estaba más que estupefacta! Sus hombros temblaron repentinamente, y sintió un dolor desgarrador en su interior. Se recuperó lentamente y miró a la mujer de mediana edad frente a ella.

A su frente estaba la señora Yanet, quien mantenía muy bien su piel delicada y suave gracias a los costosos productos para el cuidado de la piel, incluso solo había un rastro de arruga pequeña alrededor de las esquinas de sus ojos cuando sonreía. Ella llevaba un vestido que valía más de 10 mil euros, y el juego de joyas que llevaba era una edición limitada lanzada por una marca de lujo en ese momento. Su rostro llevaba un maquillaje exquisito, aparentaba magnífica... “Oh, vaya. Esa persona es la señora Yanet de la familia Alonso del malecón de la Ciudad S.”

-Señora Yanet, eres una señora Yanet calificada.- Denis le dijo lentamente, -Para ser una señora Yanet calificada, puedes ignorar todas las demás responsabilidades que debes asumir, ¿es cierto?- Por ejemplo, la resposabilidad de amarla y protejerla como su madre biológica... Obviamente la señora de mediana edad que tenía enfrente había olvidado esa identidad como madre hacía mucho tiempo.

El rostro de la señora Yanet palideció. Había estado acostumbrada a disfrutar del honor y del respeto durante la mitad de su vida. ¿Cómo podía soportar tales acusaciones? Encima la acusadora era la hija que ella misma había parido, pero por el rabillo del ojo vislumbró a su marido e hijo, la señora Yanet se tragó esa vergüenza.

Continuó poniendo una sonrisa en su delicado rostro. Aunque la sonrisa era extremadamente rígida y aparentada, tomó la mano de Denis y dijo con esmero.

-Denis, te lo ruego, vete, ¿vale? Después de hoy..copy right hot novel pub

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