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Amante peligroso

Capítulo 241: ¿No es mejor nunca que tarde?

La señora Yanet estaba tan conmocionada que miró a la persona que tenía delante como si estuviera mirando a un fantasma, -¿De qué estás hablando?- dijo cada palabra con gran dificultad.

Denis le contó a la señora Yanet de manera sencilla y clara lo que ella sabía, -Eso es, te lo creas o no, yo no soy tu hija y no puedo salvar a tu hijo. A la familia Alonso no le falta dinero, y al señor Samuel no le faltan los contactos. Creo que con sus contactos, si realmente quieres salvar a vuestro hijo, podrás encontrar alguien cuya médula ósea sea compatible con la de tu hijo. Si ni siquiera la familia Alonso puede encontrarlo, ¿cómo una persona fuera de la familia como yo podría salvar a tu hijo?-

La mujer terminó de decir estas palabras con mucha calma, pero si la señora Yanet no se quedara tan consternada en ese momento y si prestara más atención a Denis, vería que debajo de su rostro tranquilo e indiferente, ocultaba cierta tristeza.

“Si”, pero no existía ese “si”.

Así que señora Yanet no podía ver las emociones bajo la apariencia tranquila, no podía ver la herida bajo la indiferencia.

Denis se quedó mirando a la mujer bien vestida, a la que llevaba veinte años llamándola “mamá”, le dijo, -Ya puedes irte, no pierdas el tiempo… No retrases la enfermedad de Valentín.-

Denis no podía considerar a Valentín como hermano mayor.

No era debido solo al daño que la familia Alonso le había hecho, sino también era por su identidad, ella definitivamente no era un miembro de la familia Alonso.

-¡No! ¡Denis!- ¿Cómo podía la señora Yanet soltarse esta única oportunidad para salvar la vida de su hijo?

Ella ya se había apresurado hacia adelante sin cuidarse de su imagen, agarrando fuertemente a Denis con sus manos, temiendo que Denis huyera. Señora Yanet no quería rendirse... ¡por su hijo!

-Denis, de verdad que eres mi hija, lo que pasó hace años, ¡yo ya lo sé!- la señora Yanet estaba tan ansiosa que se olvidó de tomar su medida y confesó todo lo ocurrido en el pasado, sin embargo, al ver el rostro indiferente de Denis, pensó que Denis no la creía, se apresuró a decirle,

-No crees mis palabras, pero tienes que creer en su abuelo Miguel, ¿verdad? Miguel fue un hombre tan sabio, si no eres de la sangre de la familia Alonso, ¿cómo habría podido el señor Miguel criar a una nieta de los otros?

Qué tipo de persona fue tu abuelo, Denis, tú sabes mejor que yo, Miguel definitivamente no fue alguien que ayudó a los otros a criar a su nieta, y nunca le daría las propiedades tan grandes a una persona externa de la familia.

Si todavía no te lo crees, piensa en tus recuerdos de cuando eras pequeña, Miguel mismo te cuidaba sin dejar a la otra persona que te tocara, incluso tu hermano no era tan importante para él como tú.-

Al ver a esta mujer extremadamente ansiosa, la conmoción en el corazón de Denis fue mucho menor que el agotamiento que apareció de repente después de escuchar el sofisma de la señora Yanet.

-¿Entonces? La señora Yanet que has estado indiferente durante muchos años, solo porque creías que yo no era tu hija. No te atrevías a contarle a nadie de la familia tu sospecha, porque tenías el miedo de perder tu trono de señora Yanet en la familia, y así podías dejarme sufrir sin mostrar ninguna piedad, ¿verdad?-

-Denis, lo siento, yo...-

-Está bien, no hace falta decir más, yo no puedo salvar al señor Valentín, señora Yanet, no lo olvide, me falta un riñón en este momento.-

¿Cómo se atrevía esta mujer pedirle a Denis esto? ¿Quería que una persona discapacitada como ella donara su médula ósea?

Lo que Denis no quería admitir fue que la madre que tenía enfrente nunca pensaría en ella cuando no la necesitaba, y solo pensaría en ella cuando la necesitaba.

-Denis, yo he venido desde muy lejos, desde la Ciudad S, a por ti, me siento culpable y siempre pienso en ti.-

-¡Cállate!- los lamentos de señora Yanet solo hicieron que le saliera el demonio del corazón. -¡Señora Yanet!- metió las manos en los bolsillos de la ropa, soportando la angustia en su corazón, miró a la mujer a su frente una y otra vez, -No has venido por mí, ¡has venido por tu hijo Valentín Alonso!-

“¿Soy tu hija? “

“¿Lo soy?”

“Si soy tu hija, ¿por qué nunca he sentido el cariño de la madre?”

“Si no lo soy, ¿por qué sigues diciendo que estás pensando en mí? ¿Porque soy tu hija?”

-¿Por qué..copy right hot novel pub

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