Había un cajero automático frente a la comunidad. Ella insertó su tarjeta bancaria en el cajero automático y miró el número de depósitos que se mostró en la pantalla de la máquina. Denis apretó los dientes y sacó ferozmente dos mil euros.
Con el dinero, llamó a un taxi, -Voy a...- cuando subió al coche, estaba ansiosa por escapar, pero no pensó en un lugar para escapar.
-¿Adónde vas?- la apuró el taxista con impaciencia.
Adónde iba... Denis se quedó aturdida un rato y de repente se dio cuenta de que este mundo era tan grande, pero no tenía adónde ir.
-¿Vas o no? Bájate si no vas. Tengo otros negocios para atender.- El taxista frunció el ceño y le dio a Denis una mirada repugnante... ¡Qué desafortunada! no miró el almanaque cuando salió, y la primera cliente que encontró era una desafortunada.
-...Lo siento, no tengo adónde ir todavía.- dijo Denis lentamente, frente al taxista gruñón que hablaba agresivamente, no se resistió, e incluso hizo una humilde disculpa, esto la hizo que se viera muy de cobardía.
Las personas buenas suelen ser maltratadas. Las palabras de los antepasados siempre tienen razón. Cuando el taxista vio que ella era tan cobarde, se puso más agresivo, incluso le echó el disgusto de la pérdida del juego de mahjong de hoy a ella.
Por lo tanto, el taxista le gritó a Denis apuntándole la nariz, -No lo tenías bien pensado, y me detuviste. Estás jugando conmigo a propósito. ¿Cómo te enseñaron tus padres? ¡No tienes moral en absoluto! Bájate del coche ahora, no demores que yo gane dinero. ¡Mala suerte! ¿por qué hoy me encontré con una persona tan desafortunada como tú?-
Denis fue regañada. No era que no estuviera afectada, pero... el desastre de tres años en la prisión ya la había quitado su carácter.
Las pestañas cayeron, y de nuevo, levantó la cabeza y se disculpó cálidamente, -Lo siento, me bajo del coche ahora.- De hecho, solo quería que el taxista le diera uno o dos minutos para pensar adónde debería ir.
Inesperadamente, el taxista obviamente no le quería hacer caso.copy right hot novel pub