Cuanto más pensaba Denis en ello más sacudía su cabeza - No quiero, Señor Joaquín García, no quiero ir al Departamento de Relaciones Públicas - Denis entró en pánico y suplicó clemencia -Sé que me equivoco, Señor Joaquín García, se lo suplico déjeme ir, he estado en prisión durante tres años y he cumplido con mi condena, si me da mi tarjeta bancaria desapareceré inmediatamente, me iré muy lejos, le prometo que no volveré a aparecer delante de usted en toda la vida-
Denis sólo sabía pedir clemencia, no se dio cuenta de la conmoción en los ojos de Ivana cuando se enteró de que había estado en prisión durante tres años. Ivana acababa de llegar a Ciudad S hacía dos años, no era originaria de la ciudad por lo que ella desconocía la situación de Denis.
Si fuera una persona que ha trabajado más tiempo para Joaquín, sabría claramente los asuntos sobre Denis.
Los ojos Joaquín se entrecerraron peligrosamente... ¿Todavía quería escapar?
¿No volver a aparecer frente a él en esta vida?
-Ja ~ - resopló, el hombre sacó su teléfono y dio instrucciones a sus subordinados para que hicieran algo, no mucho después se escucharon unos golpes en la puerta de la habitación y uno de sus subordinados entró y le entregó una tarjeta al hombre.
El hombre se agacho lentamente y fijó sus ojos en los de la mujer arrodillada, con los dedos agarrando la tarjeta bancaria -El dinero de esta tarjeta bancaria, Manrique acaba de retirarlo todo-. Denis echó un vistazo a la tarjeta bancaria y ladeó la cabeza confundida para mirar a Joaquín.
El hombre con sus finos labios lentamente dijo -Quieres que te deje ir, ¿verdad?-.
Denis se quedó helada y aunque no lo entendió, asintió inmediatamente con la cabeza.
-¿Crees que soy una buena persona?- El hombre siguió preguntando y Denis dejó de hablar. El hombre se rio ligeramente -Así es, Joaquín García nunca fue una buena persona, ¿cómo podría dejarte ir tan fácilmente?-.
Parecía que estaba hablando de otra persona, Joaquín miró a Denis despreocupadamente, como un gato atrapando un ratón, divirtiéndose con la presa en su palma, una sonrisa hechizante se levantó lentamente en su hermoso rostro.
-Denis, ahora no hay ni un centavo en esta tarjeta, mientras ganes los cinco millones completos-, mientras decía, el hombre agitó la tarjeta bancaria en su mano -Mientras tengas la capacidad de depositar cinco millones en esta tarjeta, te dejaré ir. ¿Qué tal te parece?-
¿Cómo?... Los ojos de Denis estaban perdidos al observar la tarjeta bancaria entre los dedos del hombre. Lo que hay en su rostro ya ni siquiera es desesperación... ¡Definitivamente no tenía intención de dejarla ir!
Cinco millones... era una cantidad enorme para ella ahora, tan grande que no se atrevía a imaginar. Y para Joaquín, ¿le faltaban esos cinco millones? Denis entendió la burla de Joaquín en un instante.
Los profundos ojos del hombre se fijaron en el rostro de la mujer que tenía en frente, sin dejar de lado ninguna expresión mínima de su cara, en ese instante sus ojos brillaron y las comisuras de sus labios se levantaron ligeramente...copy right hot novel pub