—Gracias, presidente Mariano. Yo…

Celia sabía que no podía negarse, ya que el hombre mostró lo mucho que confiaba en ella en todo el discurso.

«Pero, ¿Eduardo aprobaría esto?»

—Esta decisión lo sabe Eduardo, así que no le des más vueltas. Trabaja duro e intenta estar a su altura —Mariano parecía haber leído la mente de Celia.

Mariano cogió una taza de té y se la entregó.

Celia estaba a punto de tomárselo de un trago, pero Mariano la detuvo.

—Esto es té Long Jing de alta calidad, debe degustarse lentamente. Primero oler, segundo probar, tercero degustar y cuarto saborear. Si lo bebes demasiado rápido no probarás su exquisitez y lo desperdiciarás.

Celia parecía avergonzada, pero ya estaba bastante en apuros en este despacho. Sólo podía obedecer y degustar a sorbos el té.

—Gracias presidente Mariano. He terminado... Vuelvo al trabajo… —No quería quedarse ni un momento más.

Mariano asintió y agitó suavemente su taza.

Al salir del despacho, Celia exhaló fuertemente, como si no hubiera respirado aire fresco en mucho tiempo.

Mientras volvía a su puesto, reflexionó para sí misma.

«Mariano me trasladó solo para alejarme de Eduardo, ¿verdad?»

Cuanto más pensaba en ello, más lo creía, no se dio cuenta cuando giraba en la esquina y se chocó con alguien.

—Lo siento… —Se disculpó apresuradamente.

—Distraída en su primer día de trabajo. ¿Cree que la empresa es su casa, asistenta Celia?

Celia escuchó una voz familiar, pero en un tono desconocido.

Levantó la cabeza y vio a Eduardo, mostró una expresión ligeramente aturdida. Al ver que había otros hombres trajeados a su lado, se apresuró a bajar la cabeza.

Eduardo no dijo nada más y los llevó directamente al despacho del presidente.

Celia sintió que le dolía un poco la cabeza, la indiferencia de Eduardo le era inquietante.

Tal vez fuera porque estaba acostumbrada a su amabilidad, pero su actual actitud fría y seria, era como cuando se volvieron a ver por primera vez.copy right hot novel pub