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AMARTE ES UN SECRETO

Capítulo 57: Soy tu padre

Eduardo guardó silencio y no abrió la boca hasta que llevó a Rosa hasta el destino.

—Baja —Su tono era frío.

—Gracias, Señor Eduardo —Rosa no hizo nada extra. Le dio las gracias y se bajó. Después, se quedó esperando en la acera a que se marchara Eduardo.

Celia miró a la mujer por el retrovisor.

—Ahora tendré que luchar contra enemigos amorosos además de trabajar duro.

Eduardo soltó su mano derecha del volante y tomó la mano de Celia.

—La despediré mañana, no pienses de más.

Era la primera vez que una mujer distinta de Celia le retrasaba en la noche.

—Te la ha mandado el presidente, no va a ser fácil de despedir. Deja de engatusarme, no soy tan tacaña… Que haya otras mujeres que se fijen en ti solo demuestra que mi hombre es destacado.

Celia cogió la mano de Eduardo y le miró.

—Tienes que saber que todas las partes de mi cuerpo solo despertará interés en ti —dijo Eduardo con firmeza.

Celia asintió. Nunca dudaría de sus sentimientos por ella pasara lo que pasara.

La noche pasó y ambos se despertaron a mediodía.

Cómo organizar el fin de semana se convirtió en su principal tema de discusión.

—Hay un nuevo restaurante cerca de la oficina, vamos allí hoy —murmuró Eduardo.

—No quiero, no tengo apetito —Anoche Celia sólo sentía hinchazón en su vientre, pero hoy notó inmediatamente el dolor de los cólicos menstruales.

Eduardo puso la mano en su vientre y frotó suavemente.

—¿Te traigo un poco de agua con azúcar moreno y un calentador? —dijo en voz baja.

—No, estaré bien mientras me quede quieta.

—Pero tampoco puedes pasar hambre —Eduardo frunció el ceño—. ¿Papá te cocina y te preparo algo de comer?

Celia no pudo evitar reírse al escuchar ese apodo.copy right hot novel pub

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