Celia se estremeció al oír ese nombre y se apresuró a apoyarse en la pared para no caerse al suelo.

—¿No le habían dado en la cabeza? ¿Cómo ha podido escaparse?

En el subconsciente de Celia, el hombre moriría seguro.

—La bala evitó todos los lugares de alto riesgo, pero se clavó en la cavidad craneal y no se podía extraer. También es suerte que se haya podido despertar… Ahora mismo le estamos buscando por toda la ciudad y nos preocupa que vaya a por ti. Por eso te avisamos a primera hora, debes tener cuidado.

Las palabras del agente de policía alteraron a Celia.

¿Cómo era que ese hombre tenía tanta suerte? Celia tenía que creérselo sí o sí.

—Él… —No sabía que debería decir.

—Estate alerta. Enviaremos agentes para que te vigilen si es necesario.

Celia dio las gracias e inmediatamente sacó las llaves tras ver que la luz del pasillo se oscurecía.

Pero como estaba tan nerviosa, no pudo girar la llave y le pareció oír pasos en el pasillo. Celia no estaba segura de si eran sólo su imaginación o real, pero sentía como si su corazón fuera a saltar fuera de la garganta.

Se mordió el labio y se obligó a calmarse, abriendo finalmente la puerta tras unos cuantos intentos más.

Nada más entrar, Celia echó llave y encendió la luz del salón. El espacio iluminado le dio una sensación de seguridad y se desplomó al suelo, aún un poco perdida.

«¿Qué pasa últimamente, que los problemas venían una tras otra?»

Celia apoyó la cabeza en la puerta y escuchó atentamente los movimientos de afuera. Una vez que estuvo segura de que sólo se oía su respiración, se alivió ligeramente.

A pesar de ello, seguía teniendo pánico.

Cogió el teléfono y llamó a Eduardo, la única persona que podía darle más seguridad en ese momento.copy right hot novel pub