Modo oscuro
Idioma arrow_icon

Amor desgarrado

Capítulo 54: Somos Hector y yo quienes hemos decidido perdonarte

No obstante, Jimena no hizo nada, en cambio, anduvo hasta la mesa del comedor y se sentó en mi puesto para decir dulcemente: -Aún no he desayunado-

-Preparad un desayuno para ella, poned el desayuno de la señora Julieta a mi lado-

Hector con mucha naturalidad ordenó a los sirvientes.

Una vez que terminó sus palabras, vi que Jimena tenía los puños bien apretados bajo la mesa, se le notaba mucho las venas por haber hecho fuerza.

Aunque no entendía la intención de Hector, igualmente bajé las escaleras y me senté a su lado viendo cómo los sirvientes me traían el desayuno.

Estaba sentada a su lado tomando mi desayuno sin hacer caso del resto.

El sirviente trajo otro desayuno muy pronto.

Jimena no lo tocó, pero dijo: -Julieta, Hector y yo hemos decidido perdonarte esta vez porque no queremos que los abuelos se sientan incómodos con el asunto-

-Bien-

Estaba comiendo mi desayuno pensando en la interrogación que hizo esa mañana por teléfono y me pareció gracioso.

Jimena no sabía de eso y añadió: -Por eso quiero que nos llevemos bien en el futuro, sin poner a Hector y a los ancianos de las dos familias en una situación incómoda, ¿vale?-

¿Ahora se quería hacer la buena?

Pero yo quería revelar su verdadera faceta.

-¿En serio? Pero, ¿por qué oí que alguien interrogó a mi marido esta mañana preguntando que por qué me había librado de la cárcel?- Terminé de hablar para girarme y mirar a Hector, levanté un poco las cejas para hacer una expresión de coqueteo: -¿No es así, cariño?-

Jimena puso una mala cara, miró a Hector, parecía estar esperando a que él le ayudara a arreglar esa mentira.

No obstante, Hector solo se preocupó por comer su desayuno.

Cuando tragó la comida que tenía en la boca, se limpió la boca y dijo: -Sí-

Me sorprendió que me ayudara.

Solo era una palabra, pero hizo que Jimena no pudiera contener más su buena actitud.

Bajó su cabeza para comer en silencio, cuando terminó su plato se fue.

Subí las escaleras en busca de mi móvil y recordé que Hector tiró mi bolso y móvil en el coche y seguían allí.

Después de comentárselo me dio las llaves del coche.

Cogí mi móvil, pero ya estaba apagado.

No le quedaba batería.

Cuando lo volví a encender vi un montón de mensajes y llamadas perdidas de Alicia y Yonatán del día anterior.

Regresé en seguida a mi habitación para devolver la llamada.

En realidad, cuando Hector me apresó ayer, Alicia lo vio. Sin embargo, cuando ella vino detrás de Hector, este ya había arrancado el coche.

Luego me llamó constantemente, también contactó a Yonatán.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio