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Amor desgarrado

Capítulo 77: Mi marido es Héctor Navarro

Estaba sorprendísima.

Alguien querría matarme.

Era obvio quien era esto en este momento pensando lo que pasó anteriormente

Instintivamente,yo lo contacté con lo que pasó cuando estuve en la prisión.

¿Acaso Jimena planificó todo por su misma solo?

¿Cómo se realizó todos los planes ella solamente?

En ese momento, me tranquilicé y le dije a Fulvia -Contáctame con lo que te ordene y dile que he colgado sus fotos en una nube y he configurado que, si no me registro a mí misma en 24 horas, las fotos se publicarán en las sedes medias autónomamente cada hora. -

- ¡Qué coño me importan tus fotos! - Fulvia me insultó

Tan pronto como cesaron las palabras, me dio una fuerte patada en el muslo

Debido a que fui torturada por ella durante mucho tiempo en la cárcel, aprendí someterme a ella y grité que me duele mucho.

Luego dijo -Fulvia, no lo sabes sino la persona sí, dile por, favor. Me prometo que, si salgo de aquí, voy a pagarle por extra. -

- ¿Cuántos? -

- ¡Cinco millones! -Apreté los dientes y dije este número.

- ¿Cinco millones? ¡Joder! ¿Acaso esa casa tuya no vale diez millones? -

Fulvia querría más, el número era demasiado para mí.

Cuando estaba dudosa, escuché el sonido de las personas y pronto el sonido de abrir la puerta, unas mujeres se aceraron entre risas y bromas desde la puerta.

- ¿Es Julieta? -

-Mascotita, nos volvemos a encontrar. -

-Oye, no te he golpeado en muchos tiempos, es verdad que mis manos te echan de menos. -

Incluso si no escuché estas voces durante más de medio año, podía distinguirlas enseguida.

Ellas eran las lacayas de Fulvia, cuando estaba en prisión, todas me habían acosado a menudo.

- ¡Diez millones, diez millones! -, Dije inmediatamente.

Fulvia vio me dudar tanto tiempo y se dudó- ¿Diez millones? ¿Qué joder dineros tienes? -

- ¡Sí! ¡Mi esposo es el jefe de Grupo Gran Navarro, Héctor Navarro! - Dije asegurada.

Después de que lo hablé, la cabaña quedó en silencio.

El próximo segundo se comenzaron a reír de mí.

-jajaja, ¿Héctor? ¿Qué Héctor? Es seguro con un nombre mismo. -

-Sí, joder. Si querría engañarnos, por lo menos di unas palabras normales. -

- ¡Qué ridícula tu mentira!, ¿cómo puedo creerte? -

- ¡De verdad! Tengo su teléfono, ¡podéis llamarlo! -dije.

En este momento, Esas no rieron más y descubrí que Fulvia no me reíste con sus lacayas que entraron más tarde, parecía que Fulvia creía que mis palabras tenían poca verdad.

Pero cuando terminé de hablar, Fulvia maldijo - ¿Llamar? ¡Nos tratas como tontas! Si lo es verdad, -

Las lacayas de Fulvia se dieron cuenta de lo que habló, me dieron una patada de la cintura y maldijo -Joder, casi me engañan. -

En ese momento, escuché el sonido de un teléfono.copy right hot novel pub

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