“Siento que te quise siempre, desde que naciste, y antes, cuando te concibieron. Y a veces siento que me naciste a mi”
Frida Kalho
Los días siguientes a esa llamada, Karem se debatía entre el dolor de no querer saber de Diego y la necesidad de que él le diese una explicación. A ratos tomaba su celular, intentaba escribirle, pero luego desistía.
Era difícil para ella ir contra sus creencias, esas que toda la vida defendió, o dejarse arrastrar por lo que sentía por él y terminar accediendo.
Diego continuaba recuperándose aunque Eliza le hacía ver lo contrario. Cada vez que él intentaba ponerse de pie, ella se lo impedía con excusas que servían para manipularlo.
–Debes acostarte mi amor, así te recuperarás más rápido y podremos ir a España y luego a ¡París! ¿Te comenté que te enviaron la invitación para dentro de dos semanas? Será un tour de un mes por toda Europa.
Él la miraba entusiasmado, ese había sido su sueño, y ahora estaba por hacerse realidad.
El viaje está pautado para una semana y media. Se había convertido en una mini gira por los tres países más importantes de la pintura.
Esa tarde, se levantó, aprovechando que Eliza había ido a reunirse con algunos periodistas para dar información sobre la salud de Diego, aprovechó de llamar a Karem, por una extraña razón. La llamada no parecía ser procesada.
Karem despertó, se alistó y fue a ver a su amiga Virginia. La relación de su amiga con Eduardo marchaba viento en popa. Ella había intentado mantenerse alejada para evitar algunas incomodidad en la pareja. En una de confesiones, ella le contó a él, que había estado un tiempo obsesionada por Karem. Resultaba difícil no sentirse afectada en algunos momentos. Pero ese día necesitaba de su amiga y fue hasta su apartamento.
Tocó la puerta, Virginia abrió, al verla la abrazó y comenzó a llorar:
–¿Qué te ocurre mi vieja?
Karem no respondía, sólo desahogaba su dolor.
–¡Ven, siéntate!– la tomó del brazo y la llevó hasta el sofá.
–¿Eduardo está?
–¡No, ya se fue! ¿Qué ocurre?
–Diego, me engañó.
–¿Qué dices? No puede ser.
–Sí. ¡Su manager es su amante!– dijo y soltó el llanto.
–Calma Ka, ¿Quién te lo dijo, él mismo?
–¡No, ella!
–¿Y sí te mintió? A leguas se nota que es una bruja, y que me disculpen las brujas por la comparación. Tú sabes que está loca por Diego.
–Ella me llamó y Diego estaba en el mismo cuarto con ella, desnudo, totalmente desnudo.
–¡Wow! Imagino como debes sentirte. Pero es mejor que le pidas una explicación.
–¡No! Lo bloqueé y no quiero saber de él.
Durante la tarde, Karem estuvo con su amiga. Almorzaron juntas y ella se quedó a dormir. Virginia sabía que los domingos eran difíciles para su amiga y no soportaba verla así.
Esperó a que se durmiera y revisó las páginas del evento. ¿Un video donde Eliza habla de la recuperación de Diego? Aquello llamó su atención, y lo escuchó. Fue hasta la habitación donde Karem estaba acostada, con su laptop en las manos.
–¡Ka!– susurró para no asustarla.copy right hot novel pub