Había estado en muchos restaurantes lujosos, pero esto es definitivamente de otro nivel. Candelabros de cristal colgando del techo, piso de mármol, mesas decoradas con una elegancia inigualable; y la mirada de la gente sobre nosotros dos mientras el camarero nos lleva a nuestra mesa. Puedo escuchar como algunos susurran y les entiendo por partes.
—¿Por qué todos nos miran de esa manera? — le pregunto al insoportable de mi esposo.
Una media sonrisa llena de orgullo se refleja en su rostro —Porque el dueño del restaurante ha venido a cenar con su esposa. — explica y esto sí que no me lo esperaba.
Solo puedo mirarlo e intentar disimular mi asombro. No puedo dejarle ver que me impresiona.
—¿En cuántos negocios estas metido? —me atrevo a preguntar y el solo encoje sus hombros como restándole importancia al asunto.
—En muchos. — es lo único que responde.
Nuestra conversación se ve interrumpida cuando uno de los meseros viene a nuestra mesa con una de las más caras botellas de champagne y otro llega con algunos aperitivos.
—Ni hemos mirado la carta. — comento.
—Nos servirán un poco de todo para que pruebes las delicias que tenemos aquí. — me explica y tan solo asiento.
—Sabes, creí que me tratarías mucho peor. —señaló con el único propósito de llevar el juego a mi terreno.
—¿Creías que te encerraría en una torre y no te dejaría salir de allí? — pregunta en forma de broma y creo que es la primera vez que rio de manera sincera con él.
—Básicamente, sí. — respondo y ahora es el quien ríe.
—No soy tan cruel Sienna. — dice firme.
—Tampoco eres tan bueno. —digo de inmediato. —Me has obligado a casarme contigo. Yo entiendo tu dolor, pero lo que me has hecho es injusto. El provocar que Ramiro me enamorara para luego hacer que me engañara y así llevar prácticamente a la quiebra a mi padre.copy right hot novel pub