La cena ha estado exquisita, la conversación aún más, pero en estos momentos todo es un poco diferente. Su mano sostiene la mía mientras me lleva a conocer toda la casa. Ya hemos recorrido todo el primer piso y ahora estamos subiendo la escalera para ir al segundo donde están las habitaciones.
Me palpita demasiado fuerte el corazón, es como si esta noche fuese a ser mi primera vez con un hombre, pero nada puede estar más lejos de la verdad. Incluso, él y yo hemos estado juntos ya, no de la manera que hubiese preferido, pero lo hemos estado. Su cuerpo lo conozco bastante bien y él conoce el mío, pero hay algo aquí que es diferente. Nunca había sentido esto por alguien... es demasiado fuerte.
Le veo abrir una de las puertas y hablar de la vista increíble que hay en este cuarto de huéspedes, pero no puedo concentrarme en nada de lo que dice. Él voltea a verme y esos ojos azules me miran expectantes — ¿qué sucede Sienna? — me pregunta en un susurro.
Respiro profundo –estoy nerviosa. — admito y río de mis propias palabras.
Sonríe ante mi manera tan tonta de actuar, y se para frente a mí. Sus ojos me analizan, sus manos acarician lentamente mi rostro — Sienna, si tu no quieres... o no estas segura, o lo que sea no tenemos por qué hacerlo... No quiero volver a cometer aquel maldito error del cual tanto me arrepiento todos los días — me dice firme y en su voz puedo notar la rabia que siente consigo mismo.
Soy yo quien esta vez acaricia su rostro y le mira fijamente –no, es que me sucede todo lo contrario... no sabes las ganas que tengo de estar contigo, sólo que estoy un poco nerviosa y ni se por qué. — Le confieso y río nerviosa de mis propias palabras.
Él no dice absolutamente nada, sólo vuelve a tomar mi mano y así en silencio me hace seguir sus pasos hasta que entramos a otra de las habitaciones, y al mirar a mi alrededor, me quedo sin palabras.
La habitación es gigantesca y encender la luz no es necesario ya que está repleta de pequeñas velas que iluminan de la manera más romántica todo el lugar — ven — me pide y nos acercamos hacia el enorme ventanal que conforma la pared hacia el exterior de esta habitación.
Cerca de allí hay una pequeña mesita donde hay una botella de champagne y dos copas. Le observo abrir la botella y servir un poco en cada copa. Me da una y me mira fijamente –Por nosotros. Porque esta noche se escriba una historia de verdad. — me propone y sin dudarlo choco mi copa con la suya.
— Por nosotros. — repito y luego cada uno bebe un sorbo.copy right hot novel pub