▪︎ LILLIE ▪︎
Me quedé vacía de tanto llorar, aún no creía que él estuviera muerto. Era algo difícil de creer.
Pensar en qué mi Diablo ya no estuviera vivo, saber que nunca más miraré su sonrisa arrogante y mientras me miraba con su mirada traviesa, eso hace que me deprima más, quiero seguir llorando pero mis lágrimas ya no salen.
¿Por qué me tuve que enamorar de la persona que menos esperaba?, de quién no imaginé. Desde el principio sabía que esto no iba acabar bien.
Es un mafioso, que destino podía esperar para él. Tarde o temprano terminaría por irse para siempre. Y aunque me duele admitirlo es la verdad.
Escuche como trataban de abrir la puerta, probablemente tengan una llave para hacerlo, pero aún así no le tome importancia. Seguía de bocabajo con mi rostro entre las almohadas.
El sonido de la puerta al abrirse se escucha, pero nadie habla, solo se escuchan unos pasos acercarse. Siento como alguien se sienta al momento que se hunde un poco el colchón de mi cama.
En eso siento una mano que acaricia mi cabeza, mientras la desliza varias veces lentamente.
— Lilli — escucho la voz suave de mi hermana. Pero yo no respondo — Lionel me dijo lo que sucedió. Por eso he venido, quizás necesites con quien hablar. — seguía acariciándome.
Después de soltar un suspiro, coloque mi cabeza de un lado.
— Solo quiero... estar a solas... — respondí.
Entente no sollozar, ya me había calmado del llanto, pero aún hipaba a causa de ello.
— No, no te dejaré — replica — No estás bien. Mira haremos esto — intenta animarme — Me quedaré aquí contigo, si no quieres hablar ni decir ni una sola palabra, guardaré silencio. Solo déjame hacerte compañía, hasta que estés más tranquila y puedas dormir.
Alexa le gustaba cuidar de mí, no podía ser dura y fría con ella, no se lo merecía, solo quería lo mejor para mí.
Asiento aceptando su oferta. No me atrevía a correrla y tampoco tenía fuerzas para hacerlo. Solo quería cerrar mis ojos y quedarme completamente dormida, no despertar hasta el día siguiente y creer que todo esto había sido una horrible pesadilla.
Mi hermana se acorruca del otro lado, cumple su promesa de no decir nada. Esta recostada boca arriba, viendo hacia el techo, ella tampoco podía dormir.
Por más que quisiera quedarme dormida no podía hacerlo. Me coloqué de costado, viendo a Alex.
— ¿No tienes sueño? — me esfuerzo por tener una conversación con mi hermana.
Ya había pasado unos minutos desde que se acostó a mi lado y se quedó viendo fijamente el techo. Pobre, lo que tiene que hacer por mí.
— No, esperaré a que tú te duermas — contesta.
Pues sería hasta la madrugada porque no podía conciliar el sueño.
Y así fue, mientras los recuerdos regresaban a mi mente, del poco tiempo que viví con Dante.copy right hot novel pub