▪︎ LILLIE ▪︎
Habíamos recorrido casi todas las tiendas, no me gustaba como me quedaban los vestidos que me había medido. Sino eran muy cortos y ajustados, o largos y al igual pegados.
Todo me quedaba ajustado, necesitaba un vestido que no me sintiera tan apretada. Después de buscar durante dos horas más. Di con el indicado, uno que no ciñera mucho mi figura. Pero mi hermana insistió que me llevara dos más por si cambiaba de parecer.
Como mi cumpleaños tocaba en viernes, ese día exacto estaba planeado para festejarlo. La mansión contaba con un salón grande y muy amplio para reuniones de ese tipo, así que ahí sería el festejo.
Lionel había mandado a que organizaran todo, pero mi hermana se ofreció en hacerlo. Por esa razón me tenía encerrada en mi habitación junto con sus amigas que había hecho en la universidad. Ellas estaban arreglándome para la ocasión, y aunque no estaba de ánimos para un festejo, dejé que hicieran conmigo lo que quisieran.
Lena y Romi, eran las nuevas amigas de Alexa, eran unas chicas alegres, pero muy fiesteras, aún no sabia como era posible que mi hermana se había hecho amiga de ellas.
Mientras una me maquillaba, la otra me peinaba. Mi vestido era color azul rey, estraple, tenía un cruzado en el pecho y la falda comenzaba un poco arriba de mi vientre, eso quería decir que no me llegaría apretar mi panza. Era muy largo hasta tapar mis pies.
Era muy difícil encontrar vestidos elegantes que no fueran pegados al cuerpo, por eso demore casi un día en encontrar el indicado.
Más tardes cuando las amigas de Alexa y ella diera la orden de que podía bajar, lo hice en compañía de mi guardián que no me dejaba ni un momento sola. Temían que me volviera a caer en los escalones, por eso el me guio hasta el salón.
— No más falta que me cargues — dije.
— No se preocupe, sí es necesario lo haré — respondió.
No sé si él no se dio cuenta de mi sarcasmo.
Llegamos a la entrada del salón. Y al abrirse las puertas todos gritaron — ¡Feliz cumpleaños! — mientras aplaudían.
Lionel y Alexa llegaron hasta mí para darme un cálido abrazo.
— Feliz cumpleaños hermana — dijo Alexa.
Después se separó y le dio espacio a Lionel.
— Feliz cumpleaños mi princesa — dijo con una gran sonrisa mientras me abrazaba.
No lo odiaba, solo era difícil aceptarlo tan rápido en mi vida, era algo que me llevaría algo de tiempo. Todos estos años me hicieron creer que mi padre era otro hombre, y aún no sabía la razón de porque nos había dejado. Eso me dejaba pensando que Dante había hecho lo mismo que Lionel. Eran tal para cual.
— Gracias — murmure en el instante que me aparte de él.
— Ven, quiero presumirte a todos. — dice mientras toma de mi mano para llevarme con él.
El lugar está lleno de personas como lo había pensado, muy elegante y pura gente adulta. Todos pasan como de los treinta, más bien parece fiesta de Lionel, que mía. Yo no conocía a nadie, o quizás lo había hecho como dijo, que quería presumirme.
No entendía porque quería hacer eso, antes ni me había buscado, y ahora quiere gritarle al mundo que soy su hija.
Llegamos donde se encontraba un círculo de hombres elegantes, todos con esmoquin entre edades de cuarenta y cincuenta. Todos se miraban algo mayores
— Caballeros — dijo Lionel cuando nos acercamos — Les presento a mi tesoro más valioso, mi hija — me presenta ante sus amistades.
Todos los señores saludan asintiendo con la cabeza cortésmente. Claro que no esperaba un abrazo o algo afectuoso, son desconocidos para mí, como al igual yo lo era para ellos. De igual manera respondí su saludo.
Minutos después el seguía conversando con sus amigos o conocidos, mientras yo seguía a su lado. Me estaba aburriendo de la charla entre puro hombre adulto. Solo hablan de negocios, de sus empresas y dinero. Era completamente aburrido.
— Lionel — una voz fuerte y potente retumbó en mi alrededor.
Pero no giré para ver de quien se trataba, eché un vistazo de reojo cuando se colocó del otro lado de Lionel.
— Nikolay — dijo Lionel, girándose hacia él para saludarlo en un afectuoso abrazo — No sabía que ya habías llegado.
— Acabo de llegar — responde — No más te vi quise acercarme saludar. — su mirada se desvió hacia mí, me incómodo un poco que me mirará.
— Qué bien, deja te presento a mi princesa — dice Lionel cuando me mira — Hija el señor Nóvikov, gran amigo y socio — me dice — Nikolay, ella es mi pequeña Lillie — finaliza.
Creí que iba hacer lo mismo que los otros señores, pero no fue así. Se acercó un poco y tomo mi mano mientras se inclina para después besarla. Me quedo inmóvil, no esperaba ese saludo galante.copy right hot novel pub