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Cada Noche Mia [#2 Trilogía Infierno]

Capítulo 1|Pasado

10 años atrás... Italia Sicilia.

En la mansión Mancini, en una noche fría de invierno fue cuando comenzó el infierno de Dante.

Él, acostumbraba a divertirse sin preocupaciones sabiendo que tenía responsabilidades que su padre le había asignado en una orden.

Dante Mancini, tenía casi veintiuno años cuando el legado de su padre Demetrio Mancini fue pasado a él. No es algo que él haya elegido, pero su futuro ya estaba formado y no podía dar paso atrás para rechazar su crudo y oscuridad destino.

Por eso él prefirió divertirse el tiempo que le quedara, después vendría el trabajo, las responsabilidades. Desde los quince años comenzó a trabajar a lado de su padre, quería enseñarle todo lo que era el negocio y la organización que estaba creada desde décadas.

Al principio para Dante todo eso fue como un entretenimiento, más que trabajo. Nunca desobedeció a su padre, siempre fue un buen hijo, como cualquier hijo de un mafioso poderoso. Pero aún así él aprovechó cada minuto, cada momento para divertirse a su manera.

Esa noche se encontraba en un burdel tomando y divirtiéndose con sus amigos de casi toda la vida. El trío chiflado, como él les llamaba. Siempre lo acompañaban a sus juergas.

Lo único que quería era pasar el rato e intentar olvidar por un momento lo que le deparaba el futuro. Y no es que no quisiera ser un líder del cartel de Italia, sino que dudaba de llegar hacer tan bueno o más que su padre, creyendo de que las alianzas no lo llegaran a respetar al igual. Y ahí era cuando el temía decepcionar a su padre.

No quería que eso sucediera, por eso tenía que esforzarse hacer mejor cada día. Su padre lo amaba, estaba orgulloso del hijo que había formado, solía decir que ya estaba preparado para irse y poder así descansar tranquilamente, para dejarlo ya a cargo.

En las mafias así suele pasar, un líder debe dejar su lugar ya sea por retiro de envejecimiento o por disfunción. En el caso del padre de Dante fue por la muerte. Y es así como subió al trono, como muchos le dicen.

Dante salió del lugar muy ebrio, a su lado llevaba a una chica despampanante y guapa con la que había pensado tener sexo lo que restaba de la noche. Ya se habían divertido en cada esquina del burdel, así era él, un hombre sin contemplaciones, que iba por lo que se le plazca.

Sus amigos se habían quedado en el sitio mientras seguían tomando y tenían sexo con otras chicas. Él ese día salió sin sus guardias, pues en ese entonces Franco era el encargado de proteger al actual líder de la mafia Italiana. En ese entonces él no era el jefe del escuadrón armado, sino otro hombre, que desapareció el mismo día que el señor Demetrio.

Dante subió a su auto junto con la chica, mientras ella iba metiendo mano por debajo de su camisa. Después de encender el vehículo y tomar camino por las calles de Sicilia, la morena seguía en lo suyo, y sus caricias fueron subiendo de tono hasta comenzar de complacerlo con su boca por de bajo de sus pantalones.

Mientras la chica hacía lo suyo, él intentaba concentrarse en el camino, pero también estaba demasiado ebrio para distinguir muy bien al su alrededor.

Pero de un solo golpe el auto se estampó contra otro. Las bolsas de aire salieron en una gran expulsión, el impacto hizo que él quedara aturdido y con un dolor de cabeza, pero aún seguía consciente.

La chica estaba completamente inconsciente debajo del volante y en sus piernas. Cuando intento reaccionar para poder salir de ahí. Alguien abrió bruscamente la puerta del lado del piloto.

Era un tipo grande, vestido completamente de negro, con el rostro cubierto por un pasamontañas. La vista de Dante no lograba visualizar bien al hombre, pero aún así no se dejó agarrar cual el sujeto intentó sacarlo. Era como una alarma que se había actuado en su cabeza, diciéndole que se acercaba el peligro.

Mientras el luchaba contra su contrincante, el hombre saco un arma y golpeó con mucha fuerza detrás de la nuca de Dante, haciéndolo caer en un sueño profundo.

Minutos más tarde, se encontraba amordazado y atado en una silla. Al abrir los ojos intentó comprobar en donde se encontraba, comenzó a moverse inquieto para desatarse, pero era inútil si lucha.

En ese momento entro un hombre junto con otros, estaban vestidos igual que el otro hombre que lo había secuestrado.

— Vaya, vaya. Por fin tenemos al primogénito del gran Demetrio Mancini. — mascullo uno de los tipos.

Las risas se escuchan en el sitió, pero eso solo hace enfurece más a Dante, los mira con despreció y asco.

Uno de ellos le quita la mordaza para que hable.

— ¿¡Qué mierda quieren!? — lanzó sus palabras en el momento que le descubrieron la boca.

— Lo queríamos la lo tuvimos — se acerca uno de ellos hasta él y pasa su arma por su cara — Tu padre es un gran imbécil, teniendo una mujer tan bella como esposa y no sepa complacerla como se deba.

Vuelven a reír en unas carcajadas malévolas que resuenan en la oscura habitación.

— ¡Ni se les ocurra tocarla! — grita Dante.

El tipo chasquea la lengua mientras niega con la cabeza.

— Demasiado tarde para decir eso. — se acerca y le susurra — Esa perra es muy buena en la cama…

No terminó de seguir con su confesión porque Dante le escupió en la cara, se sentía asqueado y muy, muy enfurecido, mientras volvía a luchar por desatarse. Deseaba sacarle los ojos y quemarlo vivo, eso pensó.

Se habían atrevido a tocar a su santa y hermosa madre. No se los perdonaría. Pero no entendía porque razón se empeñaban con hacerle mal a ella, efectivamente eran enemigos de su padre, pero no comprendía porque se ensañaban con una mujer que nunca le haría daño a nadie.

Quiso llorar por ella, por el dolor y terror que a deber vivido cuando la violaron. Pero se tragó sus lágrimas, para que no lo vieran derrotado, y afectado por sus asquerosas palabras.

— ¡Malditos! — siguió gritando y luchando — ¿Qué han hecho con ella?

— Pronto sabrás que haremos con ella, y con el desgraciado de tu padre. Pero lo mejor de todo, es que tu lo podrás presenciar.

El hombre que hablo con Dante, les dio una orden a los otros, hablan ruso. Con eso se dio cuenta él que eran los enemigos de su padre. Demetrio le había enseñando todas las habilidades de matar, torturas, trabajar con la mercancía y otras cosas más, pero lo primero y que mejor le mostró fue tenerlo al tanto de quien era el enemigo y como se trataba a uno y el como también se le hace pagar a un traicionero.

Un traidor, eso era el jefe encargado de proteger al líder de la mafia Italiana. Carlo, no era la mano derecha de Demetrio pero si en alguien que el confío mucho, y fue el que lo apuñaló por la espalda, llevándolo a él y a su familia a la boca del lobo.

Dante se dio cuenta de eso, cuando el tal Carlo entró por la puerta como si nada junto con otros que jalaban a sus padres.

El señor Demetrio estaba completamente golpeado hasta estar casi inconsciente, y Fiorella, su madre, estaba casi en las mismas condiciones, solo que consciente, pero muy apenas podía sostenerse de pie. Su maquillaje estaba corrido por su cara, parecía que había llorado, sus ojos rojos por el llanto y muchos moretones le cubrían su cuerpo y rostro. La habían golpeado hasta casi cansarse.

Dante quería matarlos a todos por haberles hecho daño a sus padres, pero lo que no esperaba era lo que iba a suceder en unos momentos más y ante sus ojos.

— ¡¿Porqué haces esto?! — dice Dante — Mi padre confió en ti. — con sus palabras se dirigía a Carlo.

— Siempre te lo dije, los negocios son solo negocios, y tu eres un estúpido niño que no entiende. — respondió.

— Pero traicionar del que te dio de comer en su mano y te recibió como parte de la familia — sigue cuestionándolo.copy right hot novel pub

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