Me doy cuenta de que a pesar de que sigue sentado queda a la par con mi altura y debo romper nuestro para esconder mi cara en su cuello pues se me escapa una risita.

—¿Qué es tan gracioso? ¿O acaso beso tan mal? —Me pregunta en un tono divertido.

—Es solo que me he dado cuenta de que realmente eres muy alto. —espero que me haya entendido pues aún sigo refugiada en su cuello, que por cierto huele tan bien que quisiera lamerlo, ese pensamiento me hace reír de nuevo.

—Eso es porque me tome toda la sopa cuando era pequeño, aunque bueno creo que está más que claro que tú no lo hiciste, Sophie. —Me dice dándole un golpecito a mi nariz con su dedo índice haciéndome soltar una risita como si fuera una adolescente, pero mi risa muere cuando caigo en cuenta de lo que ha querido decir.

—Espera... ¿Estás diciéndome enana? —Me separo de su torso para mirarlo con el ceño fruncido mientras me cruzo de brazos haciéndolo reír.

—¿Yo? Para nada, sólo recalcaba los hechos, nada más. —Me doy cuenta de que está intentando contener la risa cuando lo fulminó con la mirada.

—No te burles de mi estatura, no es mi culpa que tú seas todo un gigante. —Le digo intentando hacerme la indignada mientras camino hacia mi escritorio, pero no he alcanzado a dar dos pasos cuando soy rodeada por dos enormes y musculosos brazos.

—Vamos, no te pongas así, además me encanta tu estatura porque siempre que quiero besarte puedo usarla como excusa para pegarte más a mi cuerpo mientras te levanto del suelo.

Siento que me convertiré en papilla en cualquier momento, él aprovecha mi debilidad para darme vuelta y probar su punto cuando me levanta del suelo y busca mis labios, siento que toda la piel me hormiguea y los escalofríos no se hacen esperar cuando desliza su lengua por mi labio inferior para luego morderlo, le correspondo el beso feroz y apasionado que me está brindando, no sé cuánto tiempo nos quedamos besándonos lo que sí sé es que por azares del destino o mejor dicho por los brazos de Dylan he terminado sentada en mi escritorio mientras él se ubica entre mis piernas.

Intento buscar un poco de sentido común en mi interior para detener nuestra locura pero cuando siento que él me aprieta más contra su pecho me olvidó por completo de lo que intentaba hacer. Sus manos recorren mi columna lentamente mientras yo me aferró fuertemente a sus bíceps para luego llevar mis manos a su cuello y juguetear con su cabello, siento que suelta un pequeño gruñido cuando sus dedos entrar en contacto con la piel de mi espalda que ha quedado al descubierto por haber alzado las manos, va deteniendo poco a poco el beso hasta que quedamos con nuestras frentes unidas y escuchando la respiración entrecortada del otro.

—Lo siento, pero no quiero meter la pata contigo y si seguíamos con ese beso podría hacerlo. —Me dice dejando un pequeño beso en mi cuello. —Me encantas tanto. —Deja otro pequeño beso en mi cuello y luego me ayuda a bajar del escritorio.

—No sé por qué pero siempre que estamos en una oficina yo termino encima del escritorio. —Le digo tímidamente haciéndolo reír.

—También me he dado cuenta de ello, pero no es como si me molestara la verdad. —Me dice despreocupadamente haciéndome reír.copy right hot novel pub