La pequeña Sophia descansa en mis brazos mientras observo a Nick jugar con Luca, Eli y Maxon por el jardín. Como habíamos acordado reunirnos todos los domingos, los padres de Nick no tardaban en llegar junto con Sam, Maddie y su madre, Dhelia.

De pronto me quedo absorta en mis pensamientos. Mi memoria viaja a través del tiempo al día en que puse mis pies por primera vez en N&H, al momento en que lo vi a él por primera vez. En que quede atrapada en sus ojos como un insecto en la trampa de una araña. Nicholas me había dado todo desde el principio, y no paraba de querer poner el mundo a mis pies. Me dio cuatro hijos tan maravillosos que ahora no imagino mi vida siendo de otra manera.

–¿En que tanto piensas?

La voz de mi esposo me sorprende a mi costado, me giro hacia él y lo descubro mirándome atentamente. Yo le sonrío.

–Pensaba...en ti.

Pone su cara de confusión y no puedo evitar no reír.

–Pues no lo hagas más, ya estoy aquí.

Me guiña un ojo y toma una de mis manos, la lleva hacia sus labios y besa cada uno de mis nudillos, pero la quito de sus labios para llevarla a su mejilla.

–Gracias, vida.

Me mira extrañado, pero aún así me sonríe.

–¡Llegó la tía Sam y la tía Maddie!

Oímos el grito eufórico de los niños y nos giramos hacia la puerta, por donde venían entrando Sam, Maddie y Richard del brazo de Claire y Dhelia, después, vemos tres ráfagas correr hacia ellos y abrazarse a sus piernas.

–¡Al fin llegaron los relevos!

Grita Nick alzando sus brazos al aire como si hubiese ganado la lotería y provocando que las chicas se frenen en seco, lo cual nos hizo reír a todos.

–Eeehm, olvide algo en el auto...

Dice Sam con fingido nerviosismo y todos volvemos a reír. Toma a Maddie de la mano y salen corriendo con rumbo al auto. Max, Luca y Eli se miran unos a los otros, asienten y salen corriendo en la misma dirección que sus tías.

–¡No escaparán!

Grita Max.

–¡Sobre ellas!

Le secunda Luca.

–¡A la carga mis valientes!

Finaliza Eli y pasa de largo a sus abuelos, quien están por llegar a donde estamos Nick y yo.

Claire se acerca a mi y deja un beso en la frente de su nieta menor y otro sobre mi cabeza.

–Hola cielos.

Saluda Claire y Nick estrecha la mano de su padre mientras Dhelia toma asiento a mi lado.

–No cabe duda que esta bebé está cada día más hermosa.

Afirma Dhelia acariciando con su dedo la naricita de Sophia, quien se remueve en mis brazos.

–¿Verdad que sí? Mis nietos son preciosos, unos diablos, pero preciosos.

Sentencia Claire y todos ríen.

–Que no te quepa la menor duda de eso, mamá.

Habla Sam entrando al espacio en el que estamos, todos giramos a verla y descubrimos que Maxon la tiene agarrada de las manos a modo de prisionera mientras Luca lleva a Maddie de igual manera y Eli los sigue con su ceño serio como si fuese la jueza que dictara la sentencia de estas dos malhechoras.

Todos volvemos a reír por la manera tan rápida y eficaz en que las sometieron, antes tardaban más resistiéndose.

–Nicholas, di algo a tus hijos. No es justo que traten así a las tías que tanto los quieren y que ya no los llevarán por helado si siguen tratándolas así.

Nick la mira pensativo y luego levanta los dos pulgares hacia los niños.

–Muy bien hecho, niños. Sométanlas.

Ambas chicas abren los ojos como platos al oírlo y verse siendo arrastradas hacia la cárcel-trampolín. Nick se sienta otra vez a mi lado y pasa su brazo por mis hombros.

–Eres malo con ellas.

El se encoge de hombros.copy right hot novel pub