–Realmente...

Dilo, di que lo deseas, házselo saber y haz que se le grabe en la cabeza.

–No lo sé.

Digo por fin. Claro que lo sé pero me niego rotundamente a aceptar semejante hecho.

–De acuerdo.

Él se separa lentamente de mi y quita los seguros a las puertas, que para ser sincera ni siquiera me di cuenta de que los había puesto.

–Anda primero.

Lo obedezco y abro la puerta para salir, no me detengo ni miro atrás ya que sé que si lo hago, me devolveré a terminar lo que ya empecé.

Entro al ascensor y oprimo el botón del piso al que voy pero antes de que las puertas logren cerrarse completamente, estás son detenidas y un Nicholas jadeante entra en mi burbuja personal.

–Al carajo todo.

Me toma por la cintura y me empuja hasta chocar con la pared de espejos. La música de elevador se mezcla con nuestros jadeos, maldiciones y respiraciones entrecortadas. Lleva una de sus manos detrás de mi cuello para pegarme aún más a él y yo disfruto la sensación de sus cabellos entre mis dedos.

De pronto se separa y comienza a acomodar su traje, yo hago lo mismo con mi cabello y blusa. La campana suena y las puertas se abren, cuando salimos del elevador nos recibe una muy sonriente Maddie.

–Buen día señor, Lowel.

Dice Madison divertida pero sin perder aún el respeto por su jefe. Él le da un movimiento de cabeza en forma de saludo y se retira a su oficina.

–Bueeeen día, mi querida futura jefa.

–¿Quieres no volverme a llamar así, Madison?

Le digo sin poder ocultar mi sonrisa.

–¿Podría hablar contigo un segundo?

–Claro.

Digo y ella me sigue hasta mi oficina.

–Okeeeey, necesito que me lo cuentes tooodo.

Dice una vez que estamos ambas adentro y ella ha asegurado la puerta.

–¿A qué te refieres?

Le digo con cara de interrogación.

–No me quieras ver la cara de tonta, cariño.copy right hot novel pub