Declan estacionó el auto fuera del cordón, echhó un vistazo a la gente que estaba amontonado en esa zona. Cerró la puerta con el ceño fruncido, tenía tanta prisa que, sin haber sacado la llave del coche, caminó hacia donde se iba a meter el socorrista.

—Hola, señor Declan… —saludó Diego cuando vio a Declan desde la distancia.

Declan le dirigió la mirada y devolvió el saludo con un “hola”, pero no detuvo sus pasos mientras preguntaba con el tono firme de siempre,

—¿Cómo está todo?

No obstante, era obvio que había algo más de tensión en sus palabras.

—Tengo los videos de vigilancia de la carretera. En efecto, son dos mujeres. Mire, he sacado las fotos —Diego le enseñó las fotos a Declan.

En una salía la parte delantera del coche, en la otra, salía las dos mujeres de cerca.

Declan reconoció a las dos mujeres de la segunda foto, enseguida le devolvió las fotos a Diego y caminó apresuradamente hacia un lado.

Allí subieron algunos socorristas que acababan de hacer la búsqueda buceando.

—¿Qué tal? ¿Encontraron a alguien? —Declan apretó los hombros de uno de ellos con mucha fuerza, en sus ojos había una luz aterradora.

El socorrista estaba asustado. De pronto se puso pálido porque le dolía mucho el agarre de Declan.

Presenciando eso, Diego se acercó a calmar las cosas,

—Señor Declan, no se ponga ansioso, cálmese.copy right hot novel pub