Salió de su enorme vestidor, llevaba puesto un pantalón gris junto con una camisa negra ajustada.
Habían pasado 6 horas y media, Alessandro se encontraba en el sillón al lado de la cama, estaba mandando unos correos a varios socios y terminando de revisar archivos en el portátil.
Aurore gemía de dolor, abrió sus ojos lentamente, intentaba recordar qué le había sucedido, miraba a su alrededor confundida pero su campo de visión no percató que había alguien más, elevó el brazo doloroso viendo un vendaje desde el codo hasta la muñeca, costándole mucho se levantó para sentarse, todo le daba vueltas, se cubrió el rostro con las manos por varios segundos, no sabía dónde estaba, ¿cómo llegó ahí?
–Cavernícola...¡todo fue culpa suya! –Se dijo a sí misma tocando con cuidado su vendaje.
–Parece ser que ya se encuentra mejor. –Ella se llevó la mano al pecho asustada, se ruborizó al pensar que escuchó lo que había dicho.
–¡Me asustó! ¿Por qué no dijo que estaba ahí?
–¿Debo anunciarme en mi propia habitación? –Contestó con otra pregunta elevando las cejas.
Tras escuchar eso su respiración era pesada, ¿qué hacía en su habitación?
–¿Cómo llegué aquí? No recuerdo nada...
–¿No recuerda que se desmayó y la llevé en brazos hasta aquí? –Acentuó más la última palabra para dejarlo claro.
–Me desmayé...sí, ahora lo recuerdo. Pero, ¿por qué me trajo aquí y no a mi dormitorio?
–¿Usted qué cree? –La vió entrecerando los ojos mirándola de pies a cabeza.
Siguió el recorrido que hizo él de su cuerpo y percató de repente que ya no vestía la misma ropa.
–¿Qué hago con este vestido? –Preguntó miedosa.
El no contestaba, la analizaba.
–¡Conteste! ¿Qué hago así vestida? ¿Acaso se atrevió a tocarme!?
Dejó el portátil en el sillón acercándose al pie de la cama.
–¿Le disgustaría? –Aseveró acercándose un poco más, parecía cautivado.
Seguía sentada y se levantó rápidamente lo que provocó que casi se cayera por causa de la fatiga. El la agrarró de la cintura, con sus fuertes brazos al rededor atrayéndola firmemente a su cuerpo. Percibió el temblor que emanaba, sin duda él no le era indiferente, nunca conoció a una mujer así, parecía tan auténtica...se inclinó hacia su rostro.
–Y bien, ¿no le gustaría? –Susurró seductoramente con su voz grave sin dejar de verle los labios. Se moría de ganas por besarla, la miraba con hambre.
–Es...un d-depravado...–Titubeaba nerviosa, el rostro le ardía.
En ese mismo instante entró Olivia haciendo que se separasen de sopetón. Alessandro soltó una maldición por lo bajo, estaba a punto de poseer esos deliciosos labios.
Aurore sentía que el aire volvía con normalidad a sus pulmones, ¿qué le había pasado? Se comportaba como una tonta cuando estaba con él, no se reconocía, ella no era así.
–Perdonen...por la interrupción. –Olivia estaba avergonzada, sabía que algo pasaba entre ellos.
–No interrumpe nada Olivia...me levanté rápido y perdí el equilibrio, el señor tuvo la amabilidad de ayudarme. –Aclaró Aurore.
Alessandro no quitaba su vista de ella.
–Aurore, no sabía qué elegir de su vestidor, agarré ese vestido, le queda todo perfecto.
Ella lo vió a él, tenía una sonrisa pícara, se estaba burlando de ella todo ese tiempo.
–Muchas gracias por todo, es usted muy amable conmigo.
–Pero dejaré de serlo sino empieza a comer ahora mismo. –Tenía una gran bandeja en las manos, con variedad de alimentos.
–Se lo agradezco de corazón, pero no tengo apet...
–Debe comer, no se alimenta bien, así que no rechiste. –Esta vez fue él quien habló, estaba serio.
–De acuerdo, pero tengo que cuidar de Florentino, lo dejé hace media hora en el jardín.
–Muchacha, lleva horas dormida, Florentino debe estar en su habitación.
–¿Horas?...Dios santo he perdido la cabeza..copy right hot novel pub