Capítulo 552
Transcurrió una semana laboral en calma entre los amaneceres y atardeceres. Llegado el fin de semana, en una tranquila tarde, Violeta se encontraba disfrutando de una pelicula animada de Disney junto a Nono, cuando Lucia anunció que habia llegado una visita.
“Raúl, que haces aquí?”
Expresó sorprendida Violeta al verlo. Era sábado y, que ella recordara, Rafael no había mencionado ningún plan para la
tarde.
Raúl, vestido con un impecable traje lujoso, dijo, “Vengo a entregarle algo al señor Castillo”.
¿Entregar algo?
Violeta frunció el ceño, confundida, al no ver ningún objeto en las manos de Raúl.
Mientras hablaban, Rafael, vestido con ropa casual, bajaba lentamente de su estudio en el piso superior.
Entonces, Violeta vio cómo Raúl se acercaba rápidamente y, tras un respetuoso asentimiento y un intercambio de miradas, sacó algo parecido a una memoria USB del bolsillo y se la entregó.
Sin detenerse mucho, Raúl se retiró apresuradamente.
Violeta no sintió curiosidad por la memoria USB. Iba a despedir a Raúl, pero él declinó, así que se quedó parada, observando su esbelta y eficiente silueta alejarse, sumida en pensamientos.
Rafael, con las manos en los bolsillos, se acercó a ella con un tono sombrío y un poco celoso dijo: “Si no quieres que despida a Raúl, ideja de mirarlo!”
Violeta se quedó boquiabierta.
Al mirar hacia arriba, vio su rostro enfadado y sus ojos sombríos.
¡Este hombre!
Ella solo había pensado que Raúl, con su apariencia distinguida, era la imagen de un ejecutivo de negocios, soltero y sin novia, y que tal vez podría presentarlo a Blair para ver si hacían buena pareja. No esperaba que Rafael se pusiera celoso…
Después de que ella calmara a Rafael, él volvió a su estudio. Cuando bajó de nuevo, llevaba un traje negro, una mano en el bolsillo y en la otra, una computadora portátil.
Violeta se levantó al verlo y le preguntó: “¿Rafael, vas a salir?”
“Sí, Vivi, ven conmigo”, Rafael asintió.
Nono, que había bajado del sofá, miró hacia arriba y preguntó, “¿Y yo qué?”
“¡Tú quédate en casa y porta bien!” Rafael apenas esbozó una sonrisa.
Nono, sintiéndose una vez más rechazado por su papá, puchereó y regresó a ver la televisión, agarrando un puñado de papitas para saciar su hambre con comida.
Violeta notó la seriedad en el rostro de Rafael y preguntó, “¿Hay algo que necesitas resolver?”
Rafael, con sus penetrantes ojos ligeramente entrecerrados, dijo con voz grave, “Vamos a buscar a esa Melisa para pedir justicia”.
El Range Rover blanco salió de la villa y tomó la carretera principal.copy right hot novel pub