Mauren se quedó en el patio, viendo salir el coche de Vicente.
Aquellos hermosos ojos se fueron nublando poco a poco con una pizca de complejidad.
Senda volvía al salón cuando vio que Mauren seguía mirando en dirección a la puerta del Pabellón de Río, con el ceño fruncido.
Entrecerró los ojos y dijo con disgusto, -¿Intentando ser perezoso?-
Mauren se echó hacia atrás y volvió a mirar en dirección a la puerta.
Allí, la limusina del anciano estaba ahora fuera de la vista.
Sólo entonces se mordió el labio inferior y se volvió para seguir a Senda.
El desayuno aún no había terminado, y ella permaneció de pie detrás de Senda mientras él se sentaba.
-¿Dije que no te dejaría comer?-
¿La criada? Está desempeñando muy bien ese papel.
Pero, ¿quién le pidió que hiciera de criada?
Mauren le miró, ¿Quería decir Senda que la dejara sentarse y comer?
Estaba indefensa, aquí, no podía estar de pie ni sentarse.
Pero, con Vicente fuera, ya no estaba nerviosa.
Esta relación confusa entre ella y Senda no era algo que quisiera que Vicente conociera.
Si el abuelo lo supiera, probablemente ... se sentiría decepcionado con ella, ¿no?
Tomó asiento junto a Senda y la criada le trajo inmediatamente el desayuno.
Durante todo el tiempo que duró el desayuno, Mauren no dijo ni una palabra y terminó su desayuno en silencio.
Cuando Senda dejó sus palillos, inmediatamente los dejó también y se levantó.
-Senda, te acompaño a la puerta.-
-¿Dije que iba a salir?-
Las palabras de Senda hicieron que Mauren se asustara por un momento.
¿No iba a salir? Entonces ... no querría quedarse, ¿verdad?
¿Quedarse para qué?
-Sube conmigo.-
Una palabra que hizo que Mauren entrara en pánico aún más cuando su cuerpo se puso rígido y sus piernas empezaron a debilitarse de nuevo.
El único hombre que podía asustar fácilmente a una mujer para que le flaquearan las piernas era quizás Senda en todo el mundo.
¿Qué objetivo tenía subir con él a primera hora de la mañana?
Caminó detrás de él con inquietud, y al entrar en la habitación, cada célula de su cuerpo gritó pidiendo ayuda.
Senda se dirigió a la mesa y Mauren se detuvo a cinco pasos de él, sin atreverse a acercarse.
-¿Me tienes miedo?-
No se dio la vuelta.
Mauren no sabía cómo responder a la pregunta; de hecho, ni siquiera era necesario responderla.
-¿Cuándo es el examen?-
-¿El examen?- El tema de Senda cambió demasiado rápido, y Mauren tardó varios segundos en responder.
-En un mes.- Dijo inmediatamente.copy right hot novel pub