-Tú... ¡Qué tonterías estás diciendo!-
Casimiro nunca imaginó que su hijo diría tal cosa.
Aun sabiendo que era rebelde, incluso no trató con respeto a Victor.
¡Pero Casimiro todavía no creyó que su hijo lo fuera a acusar delante de todos!
-¿Es raro que un hombre quiera a unas cuantas mujeres? Las he dado mucho dinero, ¿no?-
A Luisa, en particular, le dio la identidad de la dama de la familia Pérez.
¡Qué más tenía que quejarse!
Inesperadamente, aunque se convirtió en la dama de la familia Pérez, no lo agradeció, sino que buscó a un amante.
Casimiro estaba contento ahora. Por suerte que la mujer estaba muerta.
De lo contrario, ¡no se sabría cuántos amantes iba a buscar ella!
-¿Una esposa es la que puedes comprar con dinero?-
La cara de Senda era muy fría.
No estaba con enojo o desdén. Su cara era simplemente fría.
-Tú...- Casimiro señaló a Senda y estaba enojado con los dedos temblando.
-¡Soy tu padre!-
-¿Papá, no eres un hombre?-
-¿Qué significa esto?-
-¡Ser leal es la responsabilidad más básica de un hombre! Si no puedes hacerlo tú mismo, ¿por qué pedirle a tu mujer que sea leal a ti?-
-¡Tú!-
-¿Por qué hay tantos hermanos en nuestra familia Pérez?-
Senda se burló.
-Vinay, Orson, Jaime y yo tenemos diferentes madres. Ni siquiera podemos saber cuántas mujeres más tienes.-
-¡Basta!- Victor golpeó de repente en el mango de la silla y su rostro era muy feo.
Excepto Vinay, que todavía perdió la cabeza y no podía oír lo que estaban diciendo y Senda, que los miraba fríamente.
A todos les asustó la ira de Victor.
Pero Senda, estaba destinado a no tener miedo a nadie en toda la vida.
Este temperamento fue cultivado por el propio Victor.
Dijo indiferentemente, -No.-
-¿Qué quieres...-
-Solo quiero decir, si uno es infiel, no se culpe a los demás, ya sea un hombre o una mujer.-
Incluso cuando Victor estaba enojado, insistió en sus ideas y no se rindió.
Eso era Senda.
Victor se quedó sin palabras después de encontrarse con sus ojos fríos pero firmes.
De repente, tuvo dudas.
Todo lo que había insistido antes era correcto o no.
Al final, frunció el ceño, pero el tono se suavizó un poco.
-Como dije, a las mujeres, puedes cuidarlas, pero, absolutamente no..copy right hot novel pub