Al ver la sarcástica sonrisa suya, la ira de Senda retrocedió y se calmó.
Estaba de pie junto a la cama observándola. Cuando no estaba impaciente, era el mismo hombre frío y dominante de nuevo.
-¿Puedo ayudarle? Señor Senda.- Mauren sonrió de forma indiferente.
-Es muy tarde. Para venir a mi habitación a esta hora y cerrar la puerta detrás de ti. ¿No temes que Bita se haga una idea equivocada?-
-Ella es muy sensata.- Senda dijo.
Su mano escondida bajo las mantas apretó las sábanas.
Pero su cara siempre se vio tranquila.
-Resultó ser porque habías encontrado una novia que te entendía. No me extraña que no te importaba incluso tu propia mujer se acostó con otro hombre.-
Senda la ignoró. Se quedó mirando su cara durante un rato y no vio nada extraño. Sólo entonces se alejó del lado de la cama.
Pero no salió. Se sentó en la silla, observándola.
Mauren no entendió exactamente qué quería el hombre.
Hoy había ocurrido algo tan serio pero no había preguntado ni una sola palabra.
Ahora, ¿qué tipo de relación era entres Senda y ella?
Senda tenía ganas de encender un cigarrillo. Buscó en su bolsillo y sólo para darse cuenta de que no lo tenía.
Su mirada finalmente aterrizó en el cuerpo de Mauren.
-¿Qué quieres decir?- él preguntó.
Mauren miró hacia otro lado, -¿Crees que debo decir algo?-
Se rió fríamente, -Entonces, señor Senda, ¿por qué no me lo cuentas? ¿Qué quieres escuchar de mí? Diré lo que quieras oír.-
-¿Estás tratando de hacerme enojar?- Los ojos de Senda se entrecerraron.
Había un escalofrío en él que era una señal de enfado.
Pero Mauren no tenía miedo esta noche.
Tal vez lo tenía, pero fue eclipsado por otra emoción. Así que el miedo fue ignorado.
-¿Cómo me atrevo? Eres el poderoso Senda, y no me interesa enfadarte.-
-Es bueno que lo sepas.-
-Siempre lo he sabido.-
El hombre se levantó de repente de su silla y se dirigió hacia ella.
Sintiendo que la frialdad le presionaba, Mauren le devolvió la mirada defensivamente. -¿Qué estás haciendo?-
-Todavía eres mi mujer. Estamos juntos en la habitación en medio de la noche. ¿Qué crees que voy a hacer?-
Si tenía las agallas para provocarlo, no debería tener miedo de su ira.
¿No había sido ella muy testaruda hace un momento?
No lo había visto en mucho tiempo su lado tan obstinado.
Ya que era terca. ¡Que sería terca hasta el final!
Después de parar al lado de la cama, su cuerpo alto se inclinó más cerca de repente.
Mauren se echó hacia atrás, pero aún así no pudo evitarlo.copy right hot novel pub