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El Hijo Del Millonario ©

8

Capítulo ocho

Pov Amir

Felicidad y miedo.

Eso es lo que siento ahora que estoy manejando para ir directo a la dichosa fiesta a la que me envió mi padre, y no es por la fiesta, no.

Aprieto el volante en mis manos.

¿Cómo se le ocurre besarme?

No estoy enojado por eso, es más, si ella fuera una loba la habría tomado ahí mismo, pero no, ella tenía que ser una humana.

Que difícil será esto.

Mantenerme al margen y cuidarla, estar cerca y que no reconozcan que es mi mate.

Nadie puede saber que ya tengo un punto débil.

Llego al estacionamiento de la empresa y apago el motor del auto, desabrocho mi cinturón y doy un largo suspiro. Hoy mi día ha sido enojo tras enojo y celos tras celos. Cuando la vi otra vez en el instituto fue como si la hubiese visto por primera vez.

Estaba tan hermosa con todo lo que traía encima, pero tendré que anular la regla de uniforme, porque sus apetecibles piernas se notan mucho y ya he mandando al hospital a más de cuatro solo por mirar, y ese tal Omar se las tiene conmigo.

Desobedecer las órdenes de un Alpha nunca es bueno y menos cuando se trata de su mate, y él me ha desobedecido más de tres veces.

No lo mato, porque Irina me odiaría, pero bien merecida tiene la paliza que le di, y a ese otro estúpido en la calle no lo quise descuartizar y mandarlo al infierno, porque eso definitivamente sería perderla y lo que menos quiero es eso.

No ahora que me habla un poco más.

Además, debo admitir que cuando me abrazo por la espalda mi corazón se detuvo y mi rabia desapareció por completo.

Ya veo que ella me puede dominar cuando se le antoje.

Bajo del auto y camino hacia el ascensor, toco el botón que me llevara directo al piso de la fiesta y este sube rápidamente, las puertas se abren y un sin número de personas habitan el lugar parcialmente lleno, salgo del elevador con paso seguro y me aproximo a Sofía, la secretaria de mi padre y por ende ahora mi secretaria.

—Señor —asiente —ya están todos aquí ¿Podemos empezar con el comunicado? —la miro a los ojos y confirmo su respuesta.

Toca el micrófono dos veces confirmando que este encendido y lo prueba —Hola... Buenas —gira hacia mí —Señor Amir — me llama con la mano, camino hasta su lado y agarro el micrófono.

Desaparece de mi costado y miro a los presentes —Hoy el señor Wade Dhall, mi padre, no podrá asistir a dicha fiesta por motivos de salud, por lo que tendré que dar yo su comunicado —los ojos de todos caen en mí, Sofía me tiende la nota que mi padre redacto —Primero, me disculpo por no presentarme, el día de hoy están aquí para saber ciertas decisiones que he tomado en cuanto a mí. Desde ahora en adelante, la empresa, los hoteles, las acciones en general, el Dhall Holding pasará a mi hijo, Amir Dhall; por lo que él será el nuevo jefe máximo y superior. Espero que esta notificación haya sido de su agrado y que tengan feliz y buena fiesta —le devuelvo el micrófono y la hoja a Sofía, todos comienzan a aplaudir y las personas a mi al rededor llegan a felicitarme, les doy una sonrisa falsa y recuerdo a Irina y en lo mucho que detesta que sea así.

Ay, mi irresistible.

Camino hasta la barra y pido un trago —Hola bebé, ¿Cómo estás? —ni siquiera tengo que voltear para saber quien es.

Xiomara Hellegen.

La chica con la que mi padre desea casarme por seguridad a todo. A la empresa, acciones, negocios y por supuesto, manada.

—Xiomara, ¿Qué te trae por aquí? —recibo mi trago.

—Sabes a que vine, a hacerte compañía —pasa su dedo índice por mi rostro, sigue por mi barbilla y cuello hasta llegar a mi pecho —a ti —se inclina para darme un beso en la mejilla y retrocedo.

—¿No le estarás negando el tacto a una mujer o sí? —giro y encuentro al señor Mauro Hellegen observándome de pies a cabeza —después de todo te casaras con ella.

Doy mi último trago al vaso en mi mano y salgo de su perímetro —Hoy, como verán, yo me convierto en el dueño del Dhall holdings y todo lo que hay en ella, y siento decirle que yo no me casaré con su hija —doy una pequeña reverencia y camino lejos ellos.

Los padres de Irina yacen cerca del elevador y me detengo a escuchar su amena conversación —Sabes que no la podemos dejar sola mucho tiempo, ella es muy miedosa —con que miedosa, eh —además, no sé si habrá hecho algo para comer —lo que me recuerda nuestro pequeño momento en mi auto.

—Es cierto, tal vez deberíamos irnos.

No, no harán eso, porque yo llegaré primero a su casa.

Camino hasta ellos y coloco las palmas de mis manos en sus espaldas —¿cómo la están pasando? —veo al padre de mi muñeca tragar duro y desviar la mirada.

—Excelente señor, muy buena fiesta —alza su trago y yo sonrío.

—Entonces espero que la sigan pasando bien, porque la fiesta apenas empieza —doy mi mejor sonrisa y camino hasta la salida, saco mi teléfono y marco a Alonso.

—Señor, ¿en qué le puedo servir? —contesta rápidamente.

—Estás abajo, ¿No es así?

—Sí señor.

—Enciende el auto, vamos a hacer un recorrido—cuelgo y presiono los botones del ascensor, este abre sus puertas y entro rápido antes de que alguien note mi ausencia, presiono el botón de estacionamientos y se cierran las puertas.copy right hot novel pub

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