Ismael Briol entró en pánico cuando escuchó el sonido. Se apresuró a guardar el teléfono, sonrió y dijo -No es importante, se trata de la cena con mis colegas, no planeo ir.-
Cuando Helena Villarroel escuchó esto, inmediatamente preguntó con una cara infeliz -¿Por qué no ir? ¿Miedo de que se rían de ti? ¿O no tienes dinero para pagar la cuenta? ¿Cuánto es?-
Ismael también mintió casualmente ayer. Después de pensarlo, dijo -50 euros-
Luego, en su línea de visión, Helena regresó al sofá, tomó su bolso, sacó su billetera y luego sacó varios billetes.
Después de eso, se acercó a Ismael, extendió su delicada manita y dijo -Aquí hay 100 euros, puedes ir a la cena.-
Ismael se sorprendió. No esperaba que Helena se diera tanto dinero. Dudó y preguntó -Por qué me darías tanto?-
Helena hizo un puchero y fingió estar enojado -No quiero que te avergüences de mí. Mi esposo no debe ser despreciado. Aunque no tengo mucho, todavía tengo una pequeña cantidad de dinero.-
Con eso, Helena palmeó el dinero en las manos de Ismael directamente.
Sin embargo, llegó una reprimenda repentina.
-Helena, ¿qué estás haciendo? ¿Por qué le das tanto dinero a este hombre inútil?-
Julieta Oscuna salió corriendo de la sala de estar y tomó el dinero en la mano de Ismael. Lo miró con ferocidad y lo regañó -Hombre inútil, ¿chantajeas el dinero de mi hija todos los días? ¡Eres un desperdicio! Los yernos de los demás siempre envían dinero a casa, ¡y tú sigues sacando el dinero! ¿para qué quieres este dinero?-
-Mamá, ¿qué estás haciendo? Este es el dinero que le di a Ismael para que asistiera a la cena de sus colegas. Devuélvele el dinero- dijo Helena con ansiedad.
Pero a Julieta no le importaba eso. Tocó a Helena con la mano y dijo -Hija, ¿estás loca? Él es una basura y no necesita ir a cenar. ¿Por qué debería desperdiciar estos 100 euros?-
¡Muy molesta!
¡Una basura, incluso pensando en salir a cenar, ¡es simplemente una vergüenza!
Julieta volvió la cabeza, miró a Ismael y maldijo -Si tienes la habilidad, cuando traigas a miles o incluso a decenas de miles, te veré con admiración. ¿Aún quieres ir a cenar? Pobres hombres como tú no son dignos. ¡Quédate en casa!-
Al ver que su suegra se enojó, Ismael no pudo evitarlo. Se rió entre dientes y le dijo a Helena -Está bien, no planeaba ir, olvídalo.copy right hot novel pub