Admito que me sorprendió mucho lo que me dijo Caleb. ¿Que soy suya? Esto ya es el colmo. Caleb me mira seguro, al parecer no está mintiendo o jugando una broma. Pero ¡oye! Yo no soy un jodido mueble para que me tache como suya.
—¡Yo no soy tuya! —lo empujé, pero como era de esperarse no funcionó. Es mas fuerte que yo.
Me sujetó el mentón con un poco de fuerza pero sin lastimarme, para que lo mirara. Joder, siempre sus ojos tan profundos, es fácil perderse en ellos, me siento tranquila.
—Eres mía. Punto. No está en discusión.
Lo fulminé con la mirada, no voy a ser más débil ante su mirada, no. Pero al parecer mi cerebro no está captando la información porque sin querer bajé la mirada a sus labios.
¿A qué sabrán?
¡Por Dios!
Sacudí mi cabeza y me solté de su agarre. Él sonrió juguetón y rodeó la camioneta para volver a su asiento y así poder arrancar. Creo que llegaremos tarde a la escuela.
—A partir de ahora yo te llevaré a casa. Todos los días. —enfatizó eso último.
Inmediatamente me giré a verlo. ¿Quién se cree que es? ¿mi padre?
—Oye, tampoco abuses. —dije desconcertada. —Yo me vuelvo sola, no necesito tu compañía.
Se estacionó en el parqueadero de la escuela y apagó el coche. Todavía estaba esperando una respuesta de su parte. No voy a permitir que me mantenga vigilada o que siempre me lleve y traiga a la escuela. Sé que es irresistible pero tiene su novia, además es raro, siento que él y su grupo ocultan algo. Y algo muy grueso.
—Lo siento, Katalina, pero te encontré y ahora no voy a dejar que nadie te haga daño. Estás en peligro. —confesó, pero luego miré cómo se tensó al decir lo último.
¿En peligro?
—¿Qué quieres decir? —cuestioné, con el ceño fruncido. —Cómo es eso de que me encontraste y lo de que estoy en peligro.
Él se quedó pensativo. Luego me miró y en sus ojos sólo miré preocupación.
¿Preocupación?
—Veo que todavía no ha llegado el momento. —murmuró para sí mismo.
Fruncí el ceño.
¿El momento? ¿qué momento?
Ay, no. Esto es muy confuso.
—¿Sabes qué? Me voy. Quédate con tus pensamientos raros. —espeté, mientras bajaba del coche y cerraba la puerta.
Al salir, varios chicos y chicas me quedaban viendo, sabía que no era buena idea venir con Caleb. Los ignoré y caminé a paso rápido a mi salón. Al llegar noté que Clarie estaba sentada a la par de mi lugar.copy right hot novel pub