No mames.
Esto no está pasando. Esto no puede ser verdad. Maldita sea. Estaba paralizada mirando pelear a esos dos enormes lobos, y lo peor es que uno era Caleb. Es ese mismo lobo que siempre me defendía, que me ha salvado más de una vez, es él. Con razón cuando me miraba, esa mirada se me hacía muy conocida. Ahora entiendo todo. Ahora sé su secreto. Y lo que más me duele es que no tuvo el valor para decirmelo, no tuvo la confianza suficiente.
Él me mintió, siempre lo ha hecho, incluso cuando le dije que no me gustaban las mentiras, ¿me habrá mentido con otras cosas? ¿todo lo que me habrá dicho Piper es verdad? ¿lo que me dijo el chico de hoy también? ¿que soy su próxima víctima? Sentí como las lágrimas empezaban a salir, no puedo seguir mirando. Intenté moverme pero mis piernas no respondían. Estaba en total shock. Miré como mi lobo, digo, como Caleb mordía varias veces a ese otro lobo. Él se quejó de dolor y cayó al suelo, haciendo sus orejas para atrás, dándose por vencido. Caleb se detuvo frente a él, jadeando, le hizo una última advertencia en gruñie hizo una última advertencia en gruñido para que nos dejara.
%3tad y se fue corriendo para el bosque. Una lágrima solitaria bajó por mi mejilla. Decepción. Eso es lo que siento. ¿Caleb es un hombre lobo? ¿eso existe? ¿cómo? Tal parece que las dudas siguen ahí. Descubrí una parte de la historia, la principal, pero esto no ha terminado. Es solo el comienzo.
Caleb se volteó a mí, pero con su semblante caído. Respiraba con dificultad. Intentó dar un paso hacia mí pero lo detuve.
—No te me acerques. —murmuré a lo bajo.
Él se quedó quieto, obedeciendo. Sus orejas estaban caídas y su mirada transmitía dolor. Podía sentirlo. De repente escuché el ruido de un coche acercarse. Pude observar que era el coche de Lanor. Se detuvo frente a mí y se bajó de inmediato.
—Caro, —se dirigió rápidamente a mí y me atrajo hacia él, mirando amenazante a Caleb. Esperen, ¿Lanor sabrá lo que es?. —Ven conmigo.
Me encaminó hacia su auto y me senté en el asiento copiloto, Lanor rodeó el coche y se montó al conductor, encendiéndo el auto y arrancando, pasando a la par de Caleb, solo le di una última mirada para después centrarme en la carretera.
Estaba en absoluto silencio, hasta que él lo rompió.
—Katalina, dime exactamente qué fue lo que viste.
Respiré profundo.
—Es un lobo. —susurré, casi inaudible.
Aceleró más el coche. Faltaba poco para llegar a casa. Muy poco. Lo bueno es que mamá nunca está.
—No sabes cómo lamento que te hayas enterado de esta forma.copy right hot novel pub