Salimos de la oficina, llegamos a casa sin demoras ya nos esperaban para comer.
A penas llegamos mi madre tomó a Andrea en sus brazos y a Sarah de la mano, haciéndola sentar junto a ella, mientras me acercaba a ellas.
- Mira hija, estás joyas han pasado de generaciones en la familia, mi suegra me hizo escoger en ellas mi anillos de compromiso y ahora es momento que escojas el tuyo, cuando muera todo esto pasará a ti, y tu se lo pasarás a tu nuera o nueras, o a tu tu hija, dijo con una sonrisa y tristeza a la misma vez.
Mira esto diamantes son hermosos, lucirá muy bello en tus manos, comentó con alegría sin igual.
Sarah miró a Daniel y vio que el no iba a hacer nada, contestó.
- Ya tengo uno, fue regalo de mi madre y también a pasado de madre a hijas por años, con una vergüenza sutil en su rostro.
- Abrió una caja tipo cofre con tallados e incrustados con algunas gemas, había un sin de joyas, de todo tipo y colores, sin embargo había unos cuantos separados de diamante de grandes y resplandecientes, pero mis ojos se posaron en un anillo que parecía sin vida, pero absolutamente hermosa, es un diamante negro, diseño sencillo de oro negro, muy raro. Me enamoré del el desde que lo vi, nunca en mi vida había deseado algo como hoy, como ese anillo.
Aún incrédula pregunté si puedo tener el anillo que yo quiera, la respuesta fue afirmativa, sin más me acerqué y lo tomé, perdidamente enamorada de mi anillo todo lo demás se borró al instante, me pregunté si existe el amor a primera vista, hoy sin duda respondería que sí, eso me paso con mi anillo de compromiso, fue siempre lo que soñé.
Estaba por ponermelo pero me detuvieron, desorientada aún, sentí que lo deslizaban por mi dedo, yo solo podía ver el anillo, nada ni nadie más estaba en mi mente en ese momento.
Apenas oía voces, pero desperté cuando sentí unos labios sobre los míos, eran tan fríos pero refrescantes, posesivos sin ser salvajes, nunca había sentido un beso tan lleno de algo, que ni yo misma comprendo que es, es como si estuviera completo pero aún así le faltaba algo, dulce y amargo a la vez, caliente y frío, con un deseo reprimido.
Correspondí al beso por lo que duró más, sin embargo su lengua nunca entró en mi boca, que fue algo decepcionante, pero me sentía feliz que no lo hiciera, tantos sentimientos encontrados que no se que pensar ni que sentir.
Termino el beso y todos nos felicitaban, la alegría se sentía por parte de las dos familias, aún así, Daniel y yo nos sentíamos lejos el uno del otro.
- Esperen yo también tengo un regalo de compromiso para Daniel, lo he mandado a hacer para mi futuro esposo, dije un poco apenada por mis palabras, llamando más la atención de todos, ya que varias veces deje en claro que no quería casarme, pero después del video que papá me mandó hoy acepté y prometí ser una buena esposa.
Saque de mi bolso un brazalete de caballero, que sin dudar coincidía con el anillo que había escogido antes, de hecho es juego completo que diseñé para mi boda, y que nadie más en el mundo lo tiene.copy right hot novel pub