Después del sexo apasionado y salvaje que tuvieron hace momentos, sin importar lo cansado que estaba después de un trabajo muy agotador en el extranjero y un vuelo de horas, la satisfacción en el rostro de Daniel era más que notable, tener a la mujer que ama junto a él desnuda y dormida, solo despertaba sus deseos de nuevo, acarició su bello rostro aún roja, los cupetones en su cuello y hombros, fueron la confirmación de su victoria aún así se juró que sería más amable con ella en el momento que le hiciera el amor, y en cualquier otro aspecto de su vida, cuando las imágenes de lo que le hizo a Sarah ese día, aún lo atormentaba, se sacudió la cabeza para ahuyentar las imágenes de Sarah pidiéndole que se detuviera. En su intento de levantarse de la cama sin despertar a Sarah se movió lento y sigilosamente, sin saber que Sarah se había despertado desde que él la dejó en la cama.
Con amabilidad Daniel cubrió su cuerpo, por temor que cogiera un resfrío.
Pero Sarah se movió para descubrir su cuerpo desnudo, exponiendo deliberadamente sus curvas perfectas, Daniel tragó saliva con solo mirar el cuerpo Sarah, su deseo lo volvió a poner duro, decidido a calmar su deseo por su esposa, con fuerza de voluntad decidió dejar dormir un poco más, se levantó justo cuando Sarah le tomó de la mano y se levantó poniéndose de pie sobre la cama y brincando sobre Daniel en un abrazo tipo koala con las piernas al rededor de su cintura, Daniel encantado de tener en ese posición a su amada esposa, imaginando las cosas que le podía hacer, ya que sus piel desnudas se pegaban.
- Cariño llévame contigo a donde quiera que vayas, dijo Sarah.
- Solo voy a darme un baño, amor.
- Llévame contigo, podemos bañarnos juntos.
- No estoy seguro de que solo nos bañemos, y mucho menos si sigues así.
Aún tengo hambre de tu cuerpo, dijo Daniel en cerca de su oído.
- Puede hacerme y comerme las veces que quieras, en cualquier momento y en cualquier lugar, además no sería la primera vez que lo haces en el baño no? le dijo cerca de su cuello dejándole un mordisco, que le hizo estremecer su hombría y una vez más confirmo que Sarah es su perdición.
- Vayamos a tomar una ducha, mi madre nos espera para a la comida.
- Hagamos lo que digas, amor, Sarah con una gran sonrisa, ya que tenía demasiado apetito.
Aún con Sarah en sus brazos se dirigieron al baño, Daniel la ayudó a enjabonarse el cuerpo, así mismo hizo Sarah, todo era chiste y bromas sexuales, sus carcajadas se podían oír desde el pasillo, dándole vida a la mansión.
Cuando terminaron salieron de su dormitorio y fueron por Andy, que ya se había despertado, lo cual le recordó a Daniel que las encontró durmiendo juntas, y a pesar de ser su hija quería ser el único con quien Sarah compartiera cama.
- No me gustó que Andy durmiera contigo, dijo de la nada, dejando atónita a Sarah, como podría estar celoso de su hija, es absurdo e irracional.copy right hot novel pub