-Sí, solo por mi misma.- Frida fruncía los labios y miraba a Carlos con frialdad, -No importa lo que estaré sufriendo en el futuro, no tendrá nada que ver contigo. Espero que dejes de molestarme, hay un orden claro en nuestra empresa que los empleados no pueden enamorarse, si no recuerdo mal. ¿Estás casado? Un hombre casado siempre me acosa, una chica soltera, y puedo informarlo directamente a los superiores, entonces...-

Los ojos de Carlos se volvían espantosos.

-No espero que seas tan elocuente, ¿no has pensado en quién eres bajo la dirección ahora? ¿Te atreves a hablarme así y no tienes miedo de que te despida directamente del Grupo Freixa?-

-¿Cuándo el director Carlos tiene tanto poder que pueda despedir a los empleados del Grupo Freixa a voluntad?-

Antes de que Frida pudiera hablar, primero sonaba una fría voz masculina.

Frida escuchaba la voz un poco familiar, antes de que pudiera reconocerla, Carlos decía en pánico, -Vicepresidente Óliver, ¿por qué está aquí?-

¿Óliver Freixa?

Al escuchar este nombre, Frida solo sentía que inconscientemente quería evitarlo.

Recientemente había estado evitando a Óliver, cuando lo veía en la compañía, lo evitaba desde la distancia, cuando regresaba a la casa de la familia Freixa, de vez en cuando lo encontraba, ella simplemente fingía no verlo e inmediatamente se volvía y se iba.

Ahora, inesperadamente, venía aquí...

-Carlos, ¿quién te dio tanto poder para despedir empleados a voluntad?-

Aunque Óliver era el vicepresidente, solía ser amable y educado, pero si él se ponía serio, el poderoso temperamento de los hijos de la familia Freixa se revelaba plenamente.

Carlos estaba tan asustado que se agachaba y decía tembloroso, -Vicepresidente Óliver... yo, solo veo que esta chica siempre es perezosa, ya no puedo soportarla más y entonces la asusté simplemente, en realidad, no quiero despedir a ningún empleado.-

-¿Es verdad?- Óliver lo miraba fijamente, -¿Es perezosa, o es porque no puedes inducirla, la amenazas?-

Carlos estaba nervioso y sonreía incómodo, -Vicepresidente Óliver está bromeando, ¿cómo podría inducirla?-

-¿Crees que no escuché tu conversación?-

Carlos no podía decir una palabra en ese momento, y de repente se arrodillaba al suelo, - Vicepresidente Óliver, estoy obsesionado, por favor perdóname esta vez.-

Obviamente Óliver no quería hablar más con él, solo le advertía con voz fría, -Escucha, incluso ahora la degradan a tu departamento, ella no es alguien a quien puedas humillar, ¿lo entiendes?-

-Sí, lo entiendo...copy right hot novel pub