Su voz era deliberadamente baja para evitar que Sofía Leguizamo frente a ella la escuchara.
Los delgados labios de Simón Freixa se curvaron y los delgados labios se abrieron ligeramente.
-¿Estás asustada?-
Frida Casaus miró a Sofía frente a él.
Hoy llevó una falda roja. La forma de la falda delineaba muy bien su figura. La figura de Sofía siempre había sido muy buena, con los pechos regordetes y las nalgas también grandes. ¿Podría ser que Simón se enamoró de ella?
Cuando estaba pensando en esto, Frida apretó los puños y se mordió el labio, -Sabes que ella es mi amiga, ¿por qué accediste a ir a desayunar con nosotros? ¿Qué intención tienes?-
-Frida, parece que no has comprendido la situación,- Simón se burló con tono de sarcasmo, -Fui invitado por tu amiga. Incluso si es una mala intención, es que tu amiga tiene mala intención conmigo.-
Dijo que era tan razonable que Frida no podía refutarlo.
No, Sofía no era persona así.
-Ya no dices tonterías, Sofía solo tiene razón en preguntarte cortésmente cuando salgas, ¿quién sabe que realmente estarás de acuerdo?- En cualquier caso, Frida no creería que Sofía le estaba a propósito
De hecho, dejando a un lado su discapacidad, Simón era un muy buen hombre. Pero después de todo, él era su marido nominal., y era imposible que Sofía pensara algo de él.
Ella creía en el carácter de Sofía.
-Ingenua.- Simón descubrió que esta mujer estaba tan estupida que no se molestó en discutir más con ella.
Aunque Frida estaba enojada, todavía tuvo que empujar a Simón al ascensor y presionó a regañadientes el botón de cierre.
Justo cuando la puerta del ascensor estaba a punto de cerrarse, una mano alcanzó el centro de la puerta, lo que hizo que la puerta del ascensor se abriera de nuevo.
Frida levantó la cabeza e inesperadamente vio una figura familiar.
Óliver Freixa sonrió modesta y cortésmente, y miró a ella, a Simón y Sofía con ojos cálidos, -Es una coincidencia que me haya encontrado con vosotros tan pronto.-
-¿Óliver?- Sofía vio a Óliver y rápidamente se volvió de lado, -Pasa.-
-Gracias.-
Óliver le sonrió, luego entró con las piernas rectas y se paró junto a Simón, -Frida, Simón, ¿por qué estáis tan temprano hoy?-
Los labios de Frida se movieron. Tan pronto como quiso explicar, Sofía le invitó primero, -A desayunar. Óliver, ¿quieres desayunar con nosotros?-
-¿A desayunar juntos? Esa es una buena idea.- Óliver sonrió, y asintió como el caballero, -Ya que la señorita Sofía me ha invitado, entonces lo mejor es que acepto tu invitación.-
Frida estaba avergonzada, pero al mismo tiempo se sintió aliviado.
Si Óliver también fue allí, Simón .copy right hot novel pub