Pero los pensamientos de Dylan eran simples, y dijo honestamente:
-El carácter de Simón es aún más terco que el de su madre, y si sigues tomando medidas coercitivas como ésta, me temo que…
Dylan no terminó la frase, pero sabía que su maestro entendía lo que quería decir. Porque el resultado de muchas cosas era imprevisible.
-¿Cree Simón que me echaré atrás si me amenaza? Puedo encontrar otro heredero para reemplazarlo -Cuanto más pensaba Jorge en ello, más se enfadaba y daba un fuerte golpe en la mesa. El fuerte sonido pareció golpear los corazones de todos los presentes y los sobresaltó.
Dylan no se atrevió a hablar, se quedó en silencio.
Jorge estaba muy enfadado y tenía una expresión seria en la cara, como si estuviera pensando qué hacer con todo esto para conseguir un resultado perfecto. Mientras Jorge pensaba, vio de repente una taza de té humeante sobre la mesa, Jorge olió el té y frunció el ceño mientras acercaba la mano a la taza de té.
Dylan, que estaba junto a Jorge, vio su movimiento y abrió la boca como para decir algo, pero al final no dijo nada.
Jorge cogió la taza de té y la olió, el aroma del té en la taza era tentador y Jorge pensó en sí mismo, “¿Acaso esa mujer sabe hacer té?”
Jorge dio un sorbo cuidadoso al té caliente y se sorprendió al ver que sabía bien, así que tomó otro sorbo. Después de dar varios sorbos, Jorge sintió que el ambiente de la sala era un poco extraño, y cuando por fin reaccionó, se dio cuenta de que toda la sala le estaba mirando.
Lo que acababa de ocurrir en esta sala había sido visto por todos los presentes. Pero ahora Jorge estaba bebiendo el té que la chica le había preparado, y a Jorge parecía gustarle mucho el té. Así que todo el mundo miraba a Jorge de forma diferente.
Jorge se lo pensó dos segundos, volvió a dejar la taza de té sobre la mesa y reprendió, -¡Este té es horrible.
Dylan se lo tomó todo con calma y no tuvo nada que decir. Pero Dylan no podía quitarse de la cabeza la escena que acababa de ver.
También Jorge sintió que había hecho una tontería y se levantó y dijo, -¡Vamos!
Así que sus subordinados salieron de la oficina con él. El grupo llamó la atención en el pasillo y se topó con Giuliana, que había venido a trabajar y se sorprendió un poco al ver a su jefe original,
-Señor Jorge, ¿qué le trae hoy a la oficina?
A Jorge aún no se le había pasado el enfado, así que se limitó a asentir sin contestar.
Dylan respondió por su amo, -Hay un pequeño asunto que el señor Jorge vino a solucionar.
-¿Qué es? -Giuliana preguntó inconscientemente, -¿Necesita mi ayuda?
-Está decidido, nosotros iremos primero.copy right hot novel pub