Frida durmió toda la noche sola en la habitación. Se levantó temprano y trasladó toda su ropa al armario, ocupando toda la habitación.
Ella le dijo a Simón tan claramente anoche que probablemente él no viviría aquí, por lo que esta habitación pertenecía a ella.
Ser una pareja nominal era un algo bueno para ella.
Frida se cambió de ropa y bajó las escaleras. Un grupo de criados estaba ocupado. Frida tenía un poco de hambre, así que quiso preguntar dónde estaba la cocina, pero fue empujada directamente por la criada.
- ¿Quién eres? ¡No me estorbes!-
Frida cayó al suelo accidentalmente por el empujón. La criada le dirigió una mirada condescendiente, pero de repente su mirada volvió a ser reverente.
En este momento, un par de manos ayudaron a Frida a levantarse, y ésta giró la cabeza hacia atrás y vio un par de ojos con sonrisa.
La persona llevaba una camisa blanca, bien arreglada sin una sola arruga, y su sonrisa era tan suave como una brisa primaveral.
-Gracias -retrocedió Frida rápidamente dos pasos para mantener la distancia con él.
-De nada, eres mi cuñada-
-¿Cuñada?-
-Sí, soy el hermano mayor de Simón, mi nombre es Óliver Freixa -el hombre extendió su mano hacia Frida.
¡Era el hermano mayor de su esposo!
se congeló por un momento mientras extendía tontamente su mano para estrechar la de Óliver.
-Encantada, Óliver -ella dijo con la voz un poco nerviosa.
-Fue culpa de los criados. Te pido disculpas por ellos. Espero que no te importe. La gente en nuestra familia es toda muy agradable de llevar se lleva bien, les explicaré la situación más tarde.-
-Gracias -asintió Frida con la cabeza.
Óliver sonrió y estaba a punto de decir algo más cuando una voz gélida sonó bruscamente.
-Parece que no estoy aquí en el momento adecuado-
Esta voz... Frida siguió la voz y miró.
Rafael empujó a Simón, que estaba en la silla de ruedas con una manta sobre las piernas y se acercó.
Su fría mirada hizo que Frida bajara la cabeza tímidamente.
“Espera, ¿de qué tengo que ser tan culpable? Me limité a saludar a su familia.”
-Simón, es raro verte en casa -Óliver seguía sonriendo a su hermano menor, pero era diferente para Simón, ni siquiera tenía una expresión en su rostro, sólo asintió levemente.
-Bueno, entonces no te molestaré ni a ti ni a Liliana -al terminar, Óliver miró a Frida y dijo gentilmente- Liliana, todavía tengo trabajo, me iré primero-
Frida asintió, mirándolo irse.copy right hot novel pub