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Jefe Atrevido: Amor Retardado

Capítulo 388: Entrometerse

Después de la comida, Santiago llevó a Vanesa a la tienda.

A Vanesa le disgustó esto, ella conocía su propia tienda, así que no necesitaba que él la llevara.

Vanesa le dijo a Santiago que cogiera las maletas y se fuera a casa, que no se quedara con ella, pero Santiago dijo:

—Te dejaré primero en la tienda, no tengo prisa.

Vanesa nunca fue rival para Santiago en esto.

No se molestó en discutir con Santiago, un hombre que, cuando no entraba en razón, seguro que volvía a ser un descarado.

Santiago no pidió un coche, sino que salió con Vanesa y la llevó a la tienda en taxi.

Fabiana ya estaba en la tienda y, al no ver a Santiago al principio, sonrió.

—Buenos días.

Vanesa asintió:

—Buenos días.

Vanesa no mostraba mucha alegría para sorpresa de Fabiana y ésta preguntó:

—¿Por qué estás…?

Se detuvo antes de que las palabras salieran de su boca.

Santiago entró detrás de Vanesa y miró a Fabiana.

—Buenos días.

Fabiana frunció los labios y respondió con poco entusiasmo.

—Buenos días, has vuelto.

Santiago asintió y no dijo nada más.

Vanesa no había dormido bien la noche anterior y ahora tenía un terrible dolor de cabeza.

Miró la tienda y vio que estaba todo hecho, así que dio las gracias a Fabiana y se fue a sentar en una silla.

Santiago se acercó y se sentó frente a Vanesa.

—¿Qué pasa? ¿No te sientes bien?

Vanesa le miró y por reflejo se impacientó.

—¿Por qué no te vas? ¿Qué haces aquí?

Santiago se recostó en su silla.

—Tómate un descanso, nos iremos en unos minutos, no hay prisa.

Vanesa se estaba cansando de ver a este descarado.

Se apretó las sienes y no se preocupó por Santiago.

Fabiana, por su parte, limpió la barra.

—Pensé que tardarías un par de días en volver.

Santiago sonrió.

—Todavía no había terminado, pero surgió algo y volví antes.

Fabiana le trajo a Santiago su café.

—¿Y cómo llegaste aquí con Vanesa? ¿Te la encontraste en el camino?

Santiago miró a Vanesa por un momento y puso una sonrisa falsa.

Vanesa le miró mal sin decir nada.

Fabiana se fijó en las expresiones de ambos y sintió un pequeño trance en su mente.

Santiago dio un sorbo a su café antes de contestar.copy right hot novel pub

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