Era San Valentín cuando Vanesa Ortega y Santiago Icaza acudieron al Registro Civil para pasar por los trámites de divorcio.
Había una larga fila en la ventanilla donde se hacía el certificado de matrimonio, en cambio no había casi nadie en la ventanilla para tramitar los papeles de divorcio.
Vanesa se quedó en un lugar no lejos mirando un rato, luego sonrió con cierta impotencia.
«No está mal, al menos no tengo que hacer la cola».
Pensé que había elegido un día oportuno.
Santiago llegó al rato. Vanesa lo vio cuando entró.
Vanesa estaba un poco orgullosa.
No fue ella quien propuso el divorcio, pero no le importaba, en cambio cooperó de forma activa en el procedimiento.
De todos modos, era decente.
Santiago se acercó a Vanesa, frunciendo el ceño inconscientemente.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí?
Vanesa sonrió.
—Llevo un largo rato, no esperaba que llegaras tarde.
Santiago hizo una pausa.
—He tenido una reunión de improvisto hace un momento, por eso se me hizo tarde.
Vanesa asintió.
—Pues vamos, no hay casi nadie en la ventanilla.
Ambos firmaron el acuerdo de divorcio de antemano.
Santiago fue muy generoso con Vanesa, le dio suficiente dinero, le repartió una parte de las acciones de la empresa, e incluso puso a su nombre algunas propiedades inmobiliarias.
Debido a que no tenían hijos, no había objeción a la división de los bienes. Por lo tanto, el procedimiento de divorcio se completó rápidamente.
A la espera de que le quitaran el certificado de matrimonio y le emitieran el certificado de divorcio, Vanesa miró hacia abajo durante mucho tiempo y se quedó en trance
«Esto es todo, ¿eh? Tan rápido como el día de registrarse el matrimonio».copy right hot novel pub