Adam llegó muy rápido, cargando la ropa de Santiago.
Todavía no sabía por qué hospitalizaron a Vanesa.
Pero se quedó aterrorizado tras ver la sangre en la ropa de Santiago.
Sus ojos se agrandaron.
—¿Qué tan cruel eres en la cama?
Santiago lo ignoró, tomó la ropa y fue directamente al baño.
Adam se acercó a la cama mirando a Vanesa.
Vanesa estaba dormida, aunque tenía mala cara, su estado ya era muy estable.
Santiago salió del baño y miró a Adam.
—Quédate aquí para cuidarla, me voy primero.
—¿Se va así como así? —gritó cuando Adam lo escuchó.
Santiago frunció el ceño como hábito que tenía.
—¿Qué esperas?
Adam miró a Vanesa en la cama.
—¿No vas a esperar a que se despierte?
—No hay nada que decir.
Se preparó para salir pero se detuvo el paso cuando llegó a la puerta.
Volvió a mirar a Vanesa en la cama, pero estaba hablando con Adam,
—Nuestro plan no se verá afectado. Te quedas aquí cuidándola, si no puedes hacerlo solo, llama a una cuidadora.
Antes de que Adam pudiera responder, cerró la puerta y se fue.
Cuando Vanesa se despertó cerca del mediodía, todavía estaba un poco aturdida, se quedó mirando el techo de la sala durante mucho tiempo.
Adam estaba sentado en el sofá, ya había jugado a varias rondas del juego.
Al ver a Vanesa despertarse, se apresuró a acercarse.
—Te despertaste, ¿te sientes mal?
—No, no siento nada.
—Gracias por traerme —mirando a Adam.
Recordó haber llamado a Adam anoche.
—No soy yo, es tu ex-marido quien te trajo hasta aquí —añadió Adam.
Vanesa hizo una pausa.
—¿Santiago?
—¿Qué sí no? ¿Cuántos ex maridos puedes tener?
Adam se sentó junto a la cama de Vanesa sin más.
—¿Quién más? ¿Tienes dos ex-marido? El doctor dijo que tienes sangrado gastrointestinal, gastroenteritis y úlceras gástricas, ¿tus enfermedades vienen en un paquete?
Vanesa se levantó de la cama.
—Lo de siempre, tengo problemas de estómago desde hace casi diez años.copy right hot novel pub