Después de que Adam se fue, la sala permaneció en silencio durante mucho tiempo.
Vanesa no quería hablar pues Santiago era un hombre de pocas palabras, así que tomó el teléfono y intentar encontrarse en ver los chismes de entretenimiento, pero le fue imposible. No sabía por qué, se sentía un poco decepcionada cuando su ex marido no vino, pero ahora, se sentía más molesta cuando apareció.
Esa sensación realmente la ponía irritable. Como si hubiera regresado a esos días en que aún no se había divorciado esperando con ansias su regreso a casa todos los días luego cuando regresaba, fingía que no le importaba.
«¡Qué molesto!».
Vanesa dejó el teléfono, decidió decir algo primero después de pensar por un momento
—Gracias por lo de anoche.
Santiago miró a Vanesa.
—Lo haría con cualquiera.
Vanesa asintió.
—Aun así, te tengo que dar las gracias, pues...
Sin embargo, el celular de Santiago sonó antes de que terminara la frase.
Santiago lo sacó y echó un vistazo, luego se puso de pie.
—Descansa, atenderé la llamada.
Vanesa asintió, volvió la cabeza para seguir mirando hacia afuera.
Pero después de que Santiago salió de la sala, Vanesa giró de nuevo su cabeza, se bajó de la cama y caminó hacia la puerta.
La puerta no estaba bien cerrada, Santiago se paró junto a la puerta contestando el telefóno.
La voz al otro lado del teléfono era tan baja que no pudo oírse, pero lo que dijo Santiago todavía era bastante clara.
—Sí, por aquí habrá algunos días más de retraso, ha pasado algo —dijo Santiago.
No se sabía lo que dijo al otro lado, pero la voz de Santiago parecía un poco perpleja.
—¿Lidia Merazo? Pues hablamos de eso cuando vuelva.
Vanesa se quedó pasmada por un instante, aunque nunca había visto a Lidia, había escuchado su nombre muchas veces.
En la casa de la familia Icaza, cuando la gente se burlaba de ella en secreto, siempre mencionaba a Lidia. Si no se hubiera casado con Leonardo, éste se habría casado con Lidia, porque ella era la prometida de Santiago.copy right hot novel pub