Vanesa cogió el teléfono, se puso al lado de la cama y se lo pensó. Finalmente, no llamó a Santiago.
No sabía si estaba equivocada. Pensó que Lidia debía tener algo importante que decirle a Santiago.
Vanesa se lavó apresuradamente y fregó la cara y las manos de Santiago. Luego se fue a dormir.
Debido al habito, Santiago se despertó a tiempo al día siguiente.
Vanesa estaba un poco sobria cuando escuchó los sonidos que hizo Santiago.
Pero Vanesa se limitó a entrecerrar los ojos y decirle a Santiago:
—Lidia te llamó anoche.
Santiago se sorprendió y murmuró:
—¿Por qué me ha vuelto a llamar? Me pone de los nervios.
Vanesa no abrió los ojos. Se limitó a inclinar la boca y sonreír.
Le encantó la reacción de Santiago.
Santiago le tocó la cabeza:
—Vuelve a dormir. Voy a levantarme e ir a trabajar.
—De acuerdo —respondió Vanesa, luego no se olvidó de cotillear— Ve a ver si papá volvió anoche.
Santiago no prestó atención a eso antes.
Se levantó y fue al baño. Al mismo tiempo, dijo:
—Es bueno que no vuelva. Creo que ayer se quedó con mamá.
Bueno, eso era lo mejor. Si eso era cierto, Erika cumpliría su sueño.
Vanesa volvió a dormirse. Cuando se despertó de nuevo, era casi mediodía.
Tenía hambre y se sentía débil. Se levantó, se lavó rápidamente y se apresuró a bajar las escaleras.
La abuela estaba sentada abajo, bebiendo té y viendo la televisión.
Al ver a Vanesa, levantó la mirada y dijo:
—Realmente están yendo demasiado lejos. Alexander volvería antes. Pero ahora no volváis todos a cenar, dejadme sola en casa.
Vanesa no pudo evitar reírse. Bromeó con la abuela:
—Quizá la próxima vez te invite a ir con nosotros.
Diana hizo un gesto con los ojos:
—Olvídalo. No puedo permitirme eso.
Cuando Vanesa fue al comedor, la abuela se acercó con dudas en su tono: —Parece que Alexander no volvió anoche.
—Sí —dijo Vanesa— pero es bueno que no vuelva.
La abuela frunció el ceño:
—Me pregunto dónde se quedó el mocoso.copy right hot novel pub