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Jefe Atrevido: Amor Retardado

Capítulo 528: Dile a Vanesa que tenga cuidado

Santiago volvió a llamar a Vanesa a la hora de comer.

Pensó que Vanesa no sabía lo del accidente y se inventó una excusa y dijo que estaba agobiado en la empresa, por lo que no volvería a la casa para comer.

Vanesa asintió y contestó:

—¿Sabes lo de los Merazo?

Santiago, naturalmente, sabía que Vanesa había leído las noticias sobre Ricardo.

Entonces se quedó callado y Vanesa se dio cuenta inmediatamente de que esa noticia era cierta.

Dejó escapar un suspiro:

—¿Cómo puede ser? No estaba gravemente herido, ¿verdad?

Santiago no sabía realmente todos los detalles y se limitó a decirle a Vanesa la verdad y a decir que ahora iba a visitar a los Merazo.

Alexander estuvo en casa de los Merazo toda la mañana y aún no había vuelto.

Quería ir allí y ver qué pasaba.

Vanesa asintió:

—Claro, ve allí. Las dos familias tienen cooperación y deberías visitarlas.

A continuación, Santiago colgó el teléfono y se fue directamente a casa de los Merazo sin comer.

El ambiente en los Merazo era un poco raro y la gente gritaba y lloraba.

Todos los familiares estaban aquí y todos ellos hablaban en la sala de estar.

En realidad no parecían tan tristes.

Alexander estaba en la habitación de Jairo en el piso de arriba.

Santiago llamó a Alexander a la entrada del salón y éste le dijo que subiera directamente.

Las criadas conocían a Santiago y no lo detuvieron cuando subió.

La puerta del dormitorio de Jairo estaba abierta de par en par y Santiago entró directamente.

Jairo estaba sentado en la cama y de la noche a la mañana se volvió viejo. La mitad de su cabello era ahora gris.

Alexander estaba de pie junto a la cama y le indicó a Santiago que buscara a Lidia cuando vio a Santiago.

Santiago miró a Jairo y realmente no supo cómo consolarle, así que se dio la vuelta y se dirigió al dormitorio de Lidia.

Sabía en qué habitación vivía Lidia y simplemente llamó a la puerta.

Probablemente Lidia estaba sola en la habitación y no tuvo respuesta cuando escuchó los golpes.

Entonces Santiago la llamó:

—Lidia, soy yo.

Debió oír la voz de Santiago y abrió la puerta rápidamente.

Lidia estaba muy mal y tenía los ojos hinchados.

Tenía el pelo revuelto.

No se parecía a como era antes.copy right hot novel pub

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