Adam alquiló un coche y llevó a Santiago y Vanesa a «El borde del cielo y del mar».

Vanesa conocía esta ruta.

En el camino, Vanesa y Santiago hablaron muy poco.

Vanesa aún no estaba despierta del todo y Santiago siempre era callado. Adam intentó animar el ambiente, pero vio que no podía hacerlo y lo dejó. Como salieron del hotel tarde, cuando llegaron al sitio, ya había mucha gente allí.

Adam fue a comprar las entradas, vino bastante preparado, le dio a Vanesa y Santiago un gorro cada uno.

Hacía un poco de calor y el sol comenzó a ser abrasador.

Vanesa y Santiago se quedaron en el sitio esperando a Adam, ninguno de los dos habló. En verdad, la mayoría del tiempo de cuando estaban juntos, estaban así de callados. Pero en esos momentos no sintieron que era algo incómodo.

En esta zona turística, todo el mundo era pareja. Todos bromeaban y sonreían.

Vanesa se dio la vuelta para mirarlos. Podía ser por el obvio contraste, inconscientemente mostró una expresión de envidia.

Santiago no reaccionó en absoluto, simplemente miró con impaciencia en dirección a Adam.

Vanesa frunció los labios viendo a esas parejas jóvenes, unos se fueron a comprar entradas y otros fueron a visitar.

Adam se acercó con unas entradas después de un rato, y los tres entraron a la zona turística.

No fueron directamente a las dos rocas de El borde del cielo y del mar sino pasearon alrededor de la plaza.copy right hot novel pub