Modo oscuro
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La Chica Dhall ©

46

Capítulo cuarenta y seis

Esta es una de esas situaciones en las que los protagonistas corren riesgo de muerte, pero al final siempre salen ganadores.

O quiero creer que es así por la cantidad de libros que he leído.

El viejo se da vuelta para desaparecer de nuestro perímetro, pero de la nada caen guerreros rodeandonos a todos y dejándonos sin escapatoria alguna —¿Qué te hace creer que puedes meterte en tierras ajenas y mandar a matar a diestra y siniestra? Tu primer error —la voz de mi padre me hace buscarlo por todos lados al igual que mis acompañantes, pero no encuentro ni la sombra de él —fue meterte con nosotros —un vampiro enemigo cae tendido muerto en el suelo y entonces entiendo lo que está pasando, está haciendo tiempo con su forma demoníaca —tu segundo error, meterte con mi familia —otro vampiro cae tendido al suelo sin signos de vida y no me toma nada de tiempo empezar a escuchar los acelerados latidos del idiota que nos persiguió —tu tercer error, —mi padre se deja ver delante de él con sus ojos rojos —meterte con un Dhall —tan pronto como dice esto levanta la mano en dirección al bosque —¡ATAQUEN!

Aprovecho la distracción que se forma y me escabullo por un costado del pelirrojo para arremeter con todas contra los vampiros acorralandonos, dejo que mis pies derriben a más de dos y con mis garras fuera se las clavo al único que queda de pie llevándome su vida. Cientos de lobos corren hacia el bosque indicando que la batalla ha empezado y pronto escucho los aullidos y estruendos distribuidos en diferentes direcciones.

Mi cuerpo reacciona ante los ataques de vampiros y me llevo otro por delante al quebrar su cuello, Len agarra los últimos dos que quedan y a cada uno le arranca la cabeza de un tirón, voltea a verme para examinar que todo esté bien conmigo y sin darle tiempo a reaccionar es lanzado lejos de mí, mis pies corren a su lado y lo levanto rápidamente, me coloco a su espalda en posición de ataque y veo más chupasangres saliendo de todas las direcciones posibles.

—¿De a dónde salen tantos de ustedes? —digo y pateo lejos a uno que me atacaba de frente —¿me explicas?

—Bonita situación en la que quieres que te explique —un grupo numeroso avanza, pero de la nada se ponen a luchar entre ellos —¿no pudiste escoger un mejor momento? —me observa de reojo por su hombro con esos ojos celestes —a tus siete en punto.

Giro y veo como dos recién convertidos se abalanzan con dirección a mí —¿me dirás o no? —mato a ambos en pocos movimientos y regreso a mi posición original.

—No tiene ciencia. Debieron haber marcado a muchos humanos que ahora tienen sed de sangre.

Sonrío —De la sangre que aún corre por mis venas, ¿no es así?

—No te hagas la niña de cristal, porque en este preciso momento no lo eres.

—¿Me estás diciendo que no puedo ser una niña frágil?

—Zuani, —advierte — no es momento para que me pongas a prueba.

Sonrío —tampoco pensaba hacerme la que no podía —paso por delante de él, pero aún mirando si espalda por los costados —pero debes admitirlo, no dejarías que me maten —levantó la mirada rápidamente a sus ojos rojos que pasan destellos celestes cada segundo —porque tu morirías por mí y tus acciones me lo confirman —vuelvo a colocarme detrás de él.

—Solo lo hago, porque me pagaron, de lo contrario ya estarías muerta —el suelo se mueve para mí y nos posiciona en un lugar sin ataque, sus ojos celeste me indican que nos está protegiendo mientras él sigue con su explicación, la cual no me creo nada.

¿Por qué no me la creo?

Supongo que ya resolví el acertijo de él.

—¿Y bien? ¿Qué hacemos aquí?

—Tu padre me dijo por el link que te sacara de ahí.

Niego sonriente —¿mi padre te dijo que me sacaras de ahí? —agarro su camisa con fuerza para atraerlo a mí —¿o es porque te desconcentraste cuando te dije que morirías por mí?

—No digas idioteces, solo hago..copy right hot novel pub

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