El sol estaba comenzando a salir cuando llegaron al palacio de la familia del Virrey. En su entrada estaba su esposa y varias mucamas listas para atender a la realeza otomana. El carruaje fue el primero en llegar pues Jesin venia de manera lenta y calmada esperando que sus soldados la alcanzaran
- ¿Como es la sultana?- Pregunto de inmediato la esposa del Virrey al Virrey quien estaba bastante consternado- ¿Es muy seria? ¿Muy excéntrica?
- Es la esposa de Daniela- La mujer se quedó algo confundida
- ¿Que?
- Daniela esta casada con la Sultana- Gruño Felipe- Estaba vestida con una corona y un vestido rojo. Bajo pegada a la sultana y viene con ella en su caballo
- ¿Estas seguro?- Pregunto con cierta desesperación- Mi pequeña...- Murmuro la mujer, recordando el dia en que Daniela se tuvo que ir del palacio, un dia lluvioso con todas sus ropas en una maleta. No se llevaba sus pinturas o sus pinceles. Todo lo que amaba lo dejaba y su corazón se rompia viendola alejarse bajo la lluvia. No imporataba cuanto lloro a su esposo, su hija nunca volvio a su hogar- ¿Ella esta aquí? ¿¡Volvió!?
No tuvo tiempo de recuperarse cuando un caballo negro apareció en la entrada. La Sultana era imponente pero los ojos de esa pobre mujer estaban en la esposa de la Sultana. En sus brazos con una sonrisa tranquila y calmada y una corona en su cabeza estaba su pequeña, su niña. Su hija menor
Ella se acerco involuntariamente cuando se bajaron. Su hija dejo de ver a su esposa y la miro. Sus ojitos dorados hermosos, la unica que heredo sus ojos. Ella ignoro los llamados de su rey y su esposo, lo unico que podia ver era a su hijita. Un hombre en armadura la detuvo pero ella queria seguir, queria abrazar a su hija, abrazarla y rogarle perdon por no haber podido hacer mas por ella
- Tajmen, déjala- Murmuró su pequeña soltandose de su esposa y caminando hacia ella. El soldado dejo de impedirle el paso y pudo avanzar
Lloro, no pudo evitarlo cuando abrazo a su hija, a su pequeña niña. Estaba mas delgada pero estaba ahí, a su lado y abrazandola despues de tanto tiempo, tantos meses con noches en vela pensando donde estaria o si estaria bien. Si comeria algo aquella noche o dormiria a la interperie. Pero no, estaba ahí. Saludable y hermosa sin una pizca de frío con una sonrisa preciosa y en su cabello una corona de oro y rubíes
- Mi niña- Murmuró Regina, abrazando a su hija- Mi pequeña
- Hola mamá- Murmuró Daniela sin saber que decir- Te extrañe mucho
- Y yo a ti mi pequeña, y yo a ti- Susurro Regina y se separó, secándose las lagrimas pero sonriendo enormemente. Daniela le sonrio igualmente, pero retrocedio hasta que la mujer en ropas caras le sujeto de la cintura
- Me presento señora, soy Jesin el-Fātiḥ, Sultana del Imperio Otomano y esposa de Daniela- Dijo Jesin con tranquilidad. La mujer abrio los ojos, recordando que frente a ella estaba la mujer que podia matar a quien le molestara. Le dijeron que podia ser impredecible, excentrica y muy explosiva, como los otomanos. Pero la mujer frente a ella se veia tranquila mientras abrazaba a su hija quien estaba feliz y cómoda en sus brazos, no como el dia en que se fue, que no podía soportar abrazar ni a sus hermanos
- Deberiamos entrar, el lugar es mucho más frío que Stamboul- Dijo un hombre al lado de la mujer bajandose de su caballo- Me presento soy el principe Alâaddin bin Murad II
- Encantada majestades- Se inclino Regina recordando donde estaban- Les guiare a sus habitaciones, ehm, sus soldados.copy right hot novel pub