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La Gran Sultana

Olimpo II

- ¿¡Por qué Hades le dijiste que era su madre!?- Su tío no se ofendió porque lo usara como insulto, algo que agradecía, entre los 3 más poderosos dioses (Zeus, su padre, Poseidón y Hades) siempre le dio más miedo el señor del Inframundo, tal vez porque era mucho mas poderoso que su padre y a diferencia de su tía Hestia, él no se molestaba en esconder su poder

- Porque podía y porque quería- Ares solo se encogió de hombros fingiendo demencia. Él amaba a su madre, Hera fue la mejor madre que pudo haber pedido y la escogería como su madre mil veces más ¿Por qué Atenea no intentaba ser mejor madre? Tenia una segunda oportunidad de ser por fin la madre que deseaba ser, pero siempre se frenaba diciendo que era peligroso, que tontería más grande- Mírale el lado positivo, ahora se centrara mas en eliminar a mis seguidores

- ¡No era necesario decirle! -Grito Atenea de nuevo lanzándole un jarrón que él esquivo- Ella los enfrentaría sola con tal de proteger a su familia

- Claro que sí era necesario, la mujer solo quiere que le digamos la verdad, si seguimos mintiéndole ella no confiara en nosotros y podría intentar volver a su tiempo o no seguir como Sultana y delegar a su hermano- Explico Ares mas para el concejo del Olimpo que para su hermana que volvió a lanzarle un jarrón que esquivo- Ella ya se está cansando, no nació para ser una Sultana o así lo siente ella, es una mujer de ciencia y deportes, no de política y todo el tema del gobierno la agobia, si no le damos una razón para que este en el poder, ella se cansara y se ira

- Es un buen punto- Dijo Artemisa, diosa de la luna, las doncellas, la virginidad y protectora de los niños, viendo como su hermana mayor le lanzaba otro jarrón a su hermano ¿De donde sacaba tantos jarrones? No tenía ni idea- No podemos permitirnos perder a Jessica o que ella desconfié de nosotros porque entonces los seguidores idiotas de nuestro hermano idiota la intentaran convencer o manipular- Ares ni se ofendió por el comentario, había hecho llorar a su madre, era un idiota

- Pero…- Atenea no tena argumentos en mucho tiempo, porque la principal razón por la cual no quería que Jessica se enterara de que ella era su madre era sentir la decepción de ella, no sabía si podía soportar el rechazo de alguno de sus hijos. Sus anteriores hijos entendieron su lejanía porque eran griegos, para ellos Atenea debía seguir en el Olimpo porque era una diosa y ellos ser quienes la representaran en la tierra y se sentían orgullosos de tal misión, pero no sabía cómo reaccionaría una mujer del siglo XXI o como seria su versión con ella

No quería sentir la decepción de la única hija que había tenido en toda su vida inmortal, sin contar a Jesin. Era difícil para ella porque debía convencer a Hera, su madrastra, para que le dejara usar la partenogénesis (Poder embarazarse sin la necesidad de un hombre, ya que ella había jurado ser siempre virgen como Artemisa y su tía Hestia) algo que era muy difícil pues ella era hija de Metis, la primera esposa de su padre Zeus. Aunque su madre fue la primera esposa, su padre la trago por miedo a ser destronado y ella nació cuando él ya se había casado con Hera y tenido a Ares, por lo que su presencia es el constante recuerdo para la reina de los dioses de que ella no fue la primera opción de su padre. Por ende, tener hijos para ella era tan difícil como que su hermano mayor tuviese una idea buena

No quería que Jessica la odiara, al mismo tiempo que no quería que el poder la poseyera. Sus hijos aunque inteligentes y eruditos también eran tan ambiciosos como ella y usaban su inteligencia para obtener poder y ser ricos, la mayoría de las veces lo conseguían muy fácil pero su destino era torcido por las moiras al darse cuenta que usaban aquellos dones de mala manera y pronto terminaban muertos uno por uno muy jóvenes, nunca llegaron a dejar descendencia o familia, por lo que Atenea temía que al saber que era su hija, Jessica se volviera ambiciosa y aprovechara su poder de mala forma y que las moiras la castigaran, llevándosela dejando desamparados a su familia en las garras de los codiciosos otomanos

La sangre divina debía tratarse con mucho cuidado y prudencia y el único semidios que había logrado entender aquello había sido Perseo, su semidios predilecto y hermano menor. Temía que la codicia presente en la parte humana de su hija (y también en la suya, debía admitirlo) se volviera en su contra cuando llegara el momento, pues los semidioses tenían una tarea en concreta desde el momento en que nacen. Convertirse en héroes o morir en el intento

- No podemos dejar que se desvié de su camino bajo la codicia y el poder que mi sangre le da- Dijo seria intentando calmarse y dar un buen argumento, ella era la diosa de la sabiduría, debía mostrarse como tal- Si ella llega a salirse del destino que las moiras pusieron para ella, morirá y todos nuestros esfuerzos habrán sido en vano

- Créeme Atenea lo sabemos muy bien, pero parece que tú no conoces muy bien a tu hija ¿Acaso alguna vez se ha dejado llevar por el poder? Tu hija valora la lealtad y la familia, su vida está ligada a los deseos de aquellos que ama. Es la sultana, tienen su poder el más grande ejército que tiene este mundo ¿Y tú crees que se dejará llevar por la sangre divina que corre por sus venas? - Ares negó con su cabeza decepcionado de su hermana, sabía que ella deseaba ser una buena madre, pero su miedo a veces era demasiado grande, aunque no podía culparla, sus anteriores hijos habían muerto por la misma forma

- ¡Silencio! - gritó Zeus rey de los dioses y padre de ambos hermanos. Su grito detuvo que Atenea le tirará otro jarrón a Ares- Tu hermano tiene razón, no podemos dejar que todos nuestros esfuerzos sean en vano. Se que existe la gran posibilidad de que caiga ante el poder de su sangre la codicia de los humanos pero debemos confiar en nuestra campeona, en especial tú hija mía, la tuviste 9 meses en tu vientre debes confiar en ella y dejar que tome sus propias decisiones estando informada- Atenea se sentó en su trono luciendo enfadada pero derrotada- Esperaremos a ver lo que nuestra campeona va a ser de ahora en adelante sabiendo su ascendencia divina pero por mientras prohíbo que todos los dioses del Olimpo se acerquen a ella. Debemos ver lo que es capaz

- Entendido padre- Dijeron el resto de los dioses menos los hermanos de Zeus. Atenea se retiró su palacio y entró a aquella habitación que tenía sellada bajo llave, ninguno de sus compañeros Olímpicos sabía que ella tenía esta habitación. esta habitación estaba llena de fotos de sus hijos, lentamente se acercó a una foto que estaba cerca de la puerta. era la foto de una niña de cabello rubio y ojos azules, apenas tenía unos días de nacida. Su cuerpo estaba tapado con una manta dorada de seda olímpica y ella la sostenía llorando de la alegría por tener al fin una hija

- ¿Me consideras tu madre? - murmuró Atenea en esa oscura habitación- ¿Me miraras con amor cómo lo hacías al nacer? - Sabía que su pequeña ya se había muerto y hubo días en que deseo pedirle a su tío que la llevará a los elíseos sólo para verla una vez más, ver aquellos ojos llenos de curiosidad e inocencia que tenía desde que era una bebé, pero estaba prohibido y Hades jamás la dejaría pasar. Ahora tenía Jessica y jamás había visto su infancia, no la había visto crecer, no la conocía, pero su corazón latía con emoción al verla porque su alma sabía que tenía su sangre sin importar no recordar su nacimiento

Su plan debía cumplirse como todos los demás por el bien del Olimpo y de su poder sobre la tierra, era importante que Jessica se convirtiera en la mayor fuerza de autoridad sobre el mundo y para eso ella debía ignorarla, pero eso no quitaba que había días en que desearía ser Mara, la mujer que escogió como madre de Jesin, que podía estar cerca de su hija, abrazarla y decirle te quiero, mientras sostenía a sus nietos en sus brazos.copy right hot novel pub

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