Daniela despertó sobresaltada, mirando hacia todos lados, pero estaba en una cama comoda, ya no estaba en ese maldito carruaje y estaba completamente sola, la habitacion estaba cerrada y las ventanas tenían barrotes. Se tranquilizó poco a poco a pesar de que no sabía donde estaba
- Ya despertaste- La puerta se abrio ligeramente y su esposa entró, no estaba en la tipica ropa real, solo usaba una camisa blanca y un chaleco sin mangas de color negro, con pantalones de cuero. Por supuesto en su dedo habia dos argollas de matrimonio pero eran las unicas joyas que usaba en vez de los collares y anillos que usaba cuando estaba en su traje real completo
Jesin se arrodilló frente a su cama con una sonrisa calmada y tranquila que inspiraba paz y no por primera vez Daniela deseo tirarse a sus brazos. Jesin debió verlo porque se sento en la orilla de la cama y abrio los brazos
Se sentio excelente volver a abrazarla, a sentir ese calor y seguridad familiar. Tal vez sea porque era mas mujer que hombre y no tenia ese maldito olor masculino, si no un poco de sus facciones eran mas duras pero seguia teniendo ese aire femenino fuerte en ella, Tal vez era porque ella sabia como sufria y sabia como calmarla sin saber quien le hizo tanto daño pero no podia evitar sentirse segura cuando le abrazaba y dejaba que llorara en su hombro, dandole una paz que extrañaba. Lloro ligeramente en su hombro, recordando sus pensamientos que tuvo en el carruaje
- ¿Alguna vez tu amiga se intento suicidar?- Murmuró Daniela- Antes de que lo hiciera quiero decir
- Si, varias veces- Murmuró Jesin- Me queda hasta la noche a su lado escuchandola dandome razones por que no debia seguir viva y yo le rebatia cada una. Le decia que la amaba y que estaria con ella pase lo que pasé
- ¿Estabas enamorada de ella?
- No, era mi mejor amiga, la persona que mas confiaba y en quien pondria mi vida en sus manos sin dudarlo un segundo, no la amaba sentimentalmente, si no espiritualmente
- Es algo...Lindo- Murmuro Daniela
- Le gustaba cantar- Dijo de repente Jesin interrumpiendo el silencio- Le cantaba a su hijo mientras dormia y cuando sentia un ataque de pánico, lo abrazaba y le decia que lo amaba. Su hijo era su ancla a tierra
- Me gustaria tener un ancla también- Murmuro muy bajo, pero Jesin la escucho y sonrio ligeramente
- Podria conseguirte una
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- ¿Debo preguntar de donde rayos lo sacaste?- Murmuro viendo el bulto entre sus brazos que se movia un poco inquieto
- La madre dio a luz y murio en el parto asi que esta solo y no tengo como mantenerlo, me alegre cuando usted anuncio que estaba buscando uno y vine de inmediato- dijo el hombre encogiendose de hombros- Espero que sea de su agrado Alteza, es muy raro entre sus pares
- Si, puedo darme cuenta- El bulto se movio pero Jesin lo acomodo- Sera un buen regalo para mi segunda esposa, gracias buen hombre- De su bolsillo de la gabardina saco una bolsa de cuero que la lanzo al hombre- 50 Sultani, tal y como lo pactamos
- Gracias Sultana- El hombre se retiro muy feliz contando el dinero mientras Jesin entraba al palacio de gobierno del Imperio. El edificio habia sido ligeramente remodelado pero seguia manteniendo una esencia romana mesclada con otomana. Ella camino por el pasillo en direccion a la habitacion de Daniela bajo la confundida mirada de su guardaespalda
- ¿Que compro mi señora?- Murmuro intentando destapar el bulto pero Jesin le golpeó en las manos- Au
- Intruso, respeta la privacidad de tu sultana- Le gruño, a lo que Kotem se pudo rigido y camino atras de su sultana. Había momentos que olvidaba que frente a él estaba la mujer mas poderosa de Oriente, y por sobre todo, su jefa
- Si alteza
Jesin llego a la habitación de Daniela, tomo un poco de aire y toco tres veces de forma delicada. Esperaba que a Daniela le gustara su regalo y actuba también de forma medicinal, una manera de calmarla cuando entraba en pánico y ni ella o Mera estuvieran cerca.copy right hot novel pub