Las cosas no habían salido como el trío de amigos había esperado, al llegar al puerto se encontraron con la extraña sorpresa de que ningún barco zarpaba hacia donde ellos se dirigían, por lo que se vieron obligados a pasar la noche en una posada.
Los clientes de la posada en su mayoría eran hombres de mar, marineros y pescadores, todos bronceados por el sol y con aspecto rudo por lo que cuando ellos entraron se sintieron fuera de lugar inmediatamente, se notaba a kilómetros que no eran marineros ni plebeyos, eran nobles y Cipriano temió por su seguridad, pero sorprendentemente a nadie le interesaba meterse con ellos, mientras ellos no se metieran con los marineros y pagarán por los servicios estarían bien:
-esto no parece comestible -se quejó Edward de una sopa de aspecto extraño que le había servido una camarera Cipriano observó que Edward ni siquiera la había probado y solo parecer quejarse aun cuando él debía tener hambre
-sabe bien -dijo Oliver que ya se había devorado su plato, Cipriano se alegró de haber pedido solo pan y queso, porque aunque no le gustara admitirlo concordaba con las quejas de Edward esa sopa no se veía bien
Mientras comía su hogaza de pan escucho a un grupo de marineros hablando de la condesa y su hijo mulato "había escuchado que esa mujer sabia divertirse" bromeó un miembro del grupo "dicen que el idiota con quien se iba a casar huyó espantado al ver al niño" dijo un segundo "¿Quién no?", preguntó el primero "con lo hermosa que esa mujer es, estoy seguro de que por lo menos yo no lo haría" dijo el tercero y las carcajadas inundaron la habitación
Cipriano pensó que los rumores corrían rápido y agradeció no haber estado el tiempo suficiente para que alguien recordara su nombre, sin embargo, pensó que muy probablemente la gente recordaría su aspecto o por lo menos sus ojos, así que procuro mantener la mirada baja mientras estaban cenando.
Edward pidió cervezas para celebrar que su misión había sido un éxito, fue una extraña elección por parte de Edward porque no era lo que acostumbraba a tomar, sin embargo, luego comentó que siempre había tenido curiosidad de probarla y en su mente pensaba en lo que Amelia le había comentado sobre un país que pasaba un mes del año celebrando y tomando de esta bebida y pensó que debía ser buena si realmente pasaban un mes tomando de ella, pero el trago inicial no le gusto, Oliver ya había tomado antes y le había agarrado el gusto hacía y Cipriano le pareció como cualquier otra bebida alcohólica que hubiesen probado antes, nada se podía comparar con el mal sabor de la bebida que le había dado el capitán con anterioridad, luego de acabarse sus tarros, Cipriano pensó que era momento de irse a dormir, ya que al otro día tendrían que conseguir un barco, pero un sonido entre la multitud lo sacó de sus pensamientos.
fiu
era un silbido suave, pero Cipriano sabía a quién pertenecía y comenzó a buscar entre los marineros, pero no podía distinguir al dueño entre la muchedumbre que había en la posada:
-estoy detrás de ti -dijo el capitán y Cipriano se giró para encontrarse cara a cara con el hombre con quien había emprendido el viaje semanas antes y al cual no esperaba volver a ver nunca más, Cipriano le sonrió el capitán le devolvió la sonrisa -Sabía que eras tú
-y yo que era usted -respondió Cipriano -¿Por qué no se sienta con nosotros capitán?
-aceptaré tu propuesta amigo mío ¿te has casado ya? -Cipriano arrugó la cara y negó con la cabeza, el capitán dejó escapar una carcajada mientras se sentaba en la silla vacía que estaba en la mesa -¿Me contaras la historia?
-Ya debe saber lo de la condesa -Respondió Cipriano
-¿Tú eras su prometido? -Preguntó el hombre sin poder aguantar la risa -Si hubiese sabido que esa condesa era tu prometida te hubiese atado al mástil y te hubiese paseado por todo el mundo hasta que recapacitaras
Después de eso hubo una conversación donde Edward y Oliver se presentaron con el capitán, tomaron más bebidas alcohólicas y Cipriano tuvo que contar como se había librado por segundos de la boda, en la mayoría de los rumores no se mencionaba a Martina así que el doctor prefirió no mencionar a la niña, después de unos tragos y con más confianza Cipriano finalmente preguntó:
-capitán ¿piensa zarpar a Puerto Rose?
-¿no lo sabes? -fue la respuesta del capitán, el humor del hombro se volvió sombrío de repente-ningún barco va a zarpar a puerto Rose
-¿qué? ¿Por qué? -la noticia los tomó por sorpresa
-se rumorea que pronto habrá una guerra civil -Los tres hombres se vieron las caras con las bocas abiertas obviamente ellos estaban al tanto de los problemas políticos que se habían presentado en su país en el último año, pero eso a estallar una guerra era impensable, Edward sintió que se habría un hueco en el estómago, sus manos se le pusieron frías y comenzó a temblar pensando en la seguridad de las mujeres que había dejado en la mansión
-Necesito regresar mi esposa está allá sola -le dijo Edward al capitán casi en súplica
-mira, yo podría arriesgarme a llevarlos, pero su pasaje debe valer lo mismo que los riesgos -Cipriano se giró a verlo, no esperaba que el capitán fuese tan directo -obviamente no los dejaría en el puerto, podría dejarlos a unos kilómetros más alejados del puerto para evitar problemas y tendría que ser de noche obviamente pero no será barato
-le pagaré lo que quiera -respondió Edward
-lo sé, se nota que eres un noble, pero esto es un riesgo para mí y mi tripulación, necesito el dinero en mano o no zarparé a ningún lado
-no tengo tanto dinero encima -Edward sintió que le faltaba el aire
-entonces tendrás que esperar a que se calmen las aguas por allá
-esto servirá- Cipriano busco en su bolsillo y sacó el pequeño zafiro, no esperaba tener que usarlo y menos tan pronto, pero entendía el desespero de Edward por haber dejado sola a Olivia y seguramente Oliver que se había puesto pálido al recibir la noticia pensaba en su madre… él sentía ese mismo desespero por Amelia aparte ellos no estarían varados donde estaban sino que fuese por sus errores
-eso servirá -el capitán sonrió -si quieres vayan directo al barco reuniré provisiones y a mis hombres -Edward y Oliver suspiraron de alivio -¿Te acuerdas cuál es?
-la carabela sencilla-respondió Cipriano
-Peter está cuidando de ella, se debe acordar de ti, dile que el capitán te envío
Sin decir más pagaron sus tragos y comidas, Edward aprovechó de gastar el dinero que iba a pagar en los pasajes en primer lugar para comprar comida y averiguar discretamente si el capitán no los había estafado, lamentablemente el capitán no les había mentido todos en la posada sabían lo de los rumores de la guerra civil, por lo que resinado gasto toda la mayoría de su dinero, le esperaba prácticamente 7 días de viaje por delante y se aseguró de comprar fruta, pan, agua y vino para los siguientes días, Oliver por su parte consiguió un juego de cartas y par de libros, Cipriano sintió curiosidad de dónde había conseguido esas cosas a esa hora de la noche, Oliver sonrió y dijo que había hablado con la persona indicada, a Cipriano y a Edward le pareció que la camarera le había guiñado el ojo a Oliver y sacaron sus propias conclusiones
Al otro día en la mansión Wilson:
Amelia leía una y otra vez el encabezado del periódico, los rumores sobre la guerra civil no era algo que se publicará en el periódico, pero si se sugería que la situación no era muy buena, algunos trabajadores de clase baja reclamaban mejoras en salariales y se criticaba abiertamente la vida frivolidad tanto de la monarquía como la de los nobles, lo que de cierta manera a Amelia le recordaba a las críticas que se le hicieron a Maria Antonieta y de cierta manera tenía sentido que la clase baja alzara la voz siguiendo el ejemplo de la revolución francesa que había ocurrido tan solo unos años atrás:
-¿Sabías de esto? -Preguntó Olivia con preocupación
-no, no sabía -Amelia trataba de pensar, sabía que hubo una guerra civil que había acabado por destruir la mayoría de los sitios históricos del país y la mansión Wilson por suerte había salido ilesa de esa guerra, por lo tanto, la mansión había sido declarada patrimonio, pero ella no recordaba las fechas, por lo que dicha guerra podría comenzar mañana como podía dentro de veinte años
-Espero que Edward y los demás ya se encuentren en camino -Suspiro Olivia
-¿Qué deberíamos hacer? -Preguntó Amelia sin saber qué hacer
-Lo primero es ocultar los objetos de valor -la voz de la madre de Olivia llegó desde la puerta -Cierra la puerta hija -En la habitación solo se encontraban ellas tres, sin embargo, lo que iba a decir la anciana no era algo que quería que un criado escuchara -no sabemos si va a ver una guerra o no, por lo que hay que ser precavidas y guardar todo en un sitio seguro, donde ningún criado piense en buscar
-¿crees que nos robaran? -Preguntó Olivia a su madre
-Creo que si existe tal descontento harán algo más que robarnos, esperemos que los hombres regresen antes de que eso suceda, pero mientras tenemos que cuidarnos nosotras mismas…
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