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La Llave En El Lago

Capitulo 103:

El sábado llegó más rápido de lo que Cipriano hubiese querido, por que lo primero que hizo fue asegurarse de que las niñas incluyendo a Mary Ann pasaran el dia lejos y así él pudiera disfrutar de cada momento del día con Amelia puesto a que tal como le había prometido a Edward intentaria que ella se fuese esa misma noche, Edward y Olivia respetaron el deseo de Cipriano y se encargaron de no molestarlos durante el dia

Ellos habían pasado los dos últimos dos días cuidando y jugando con las niñas durante el día y durante las noches se disfrutaban mutuamente, no era algo simplemente carnal, Cipriano había conocido mucho más de Amelia y ella de él.

Resultaba que Amelia era fan de las series criminales, Cipriano no entendía qué era eso pero cuando ella se lo explico parecio aun mas confundido, también supo que el color favorito de ella era el azul, le gustaba la piña aunque más que frutas prefería el chocolate y los perros más que los gatos aunque si fuese por ella tuviese ambos, le gustaba la playa, tenía dos hermanos mayores y de entre los tres la unica que podia decir el alfabeto al revés estando ebrios era ella, no sabia por que ella estaba orgullosa de eso pero eso lo hizo sentir más enamorado.

Amelia supo que Cipriano le gustaban los caballos, era muy bueno en el poker aunque no se le daba nada bien los números ni la administración en general, a él le gustaba todas las frutas ácidas pero odiaba las ciruelas, le gustaba leer (aunque eso ella ya lo sabía) y le gustaba tocar el piano pero no era su instrumento favorito, el hubiese preferido aprender a tocar el violonchelo, Amelia le dijo que él tocaba el piano magníficamente y se rieron.

Para Amelia el día había sido simplemente exquisito, trato de recordar cuándo había podido pasar un día completamente acostada hablando, riendo y haciendo el amor con una persona sin tener que preocuparse por los problemas que vienen con la adultez y que son parte de la vida diaria, ese dia Cipriano beso cada parte de su cuerpo y ella el de él, ella podía sentir los nervios de él y pensó inocentemente que se trataba del estrés antes de la guerra, ella había pensado mucho en él y no quería que él se fuese pero tampoco había en ella, no sabia que haria si el lunes se presentaba y no había encontrado una solución que satisficiera a ambos.

El dia paso más rápido de lo que Cipriano y Amelia hubiesen querido sin embargo se presentaron a cenar como lo hacían habitualmente, para Amelia la cena tenía un ambiente un tanto lúgubre, cuando la cena terminó y todos dieron las buenas noches Olivia y Edward abrazaron fuertemente a Amelia, eso le pareció aún más extraño y algo fuera de lo común pero tal vez por la hora no le dio mucha importancia.

Cipriano la llevó a la habitación que compartían por que queria un poco más de tiempo con ella aunque a medida que Amelia le hablaba de cosas que él no podía entender se daba cuenta que el necesitaría una vida con ella por que solo unos minutos no bastaban, Amelia se sentó en su regazo de manera coqueta:

-¿te gustaría antes de dormir? -preguntó con coquetería, el se metió su rostro entre sus pechos y el aroma afrutado de ella le inundó las fosas nasales ¿como hacía ella para oler siempre así? Amelia comenzó a acariciar el cabello de Cipriano y ambos se acostaron en silencio disfrutando del calor corporal del otro, Cipriano tuvo que emplear una fuerza sobrehumana para no desnudar a Amelia por que sabia que si lo hacía seguiria aplazando lo inevitable, finalmente Amelia se quedó dormida y él la dejó dormir solo un momento más mientras grababa cada uno de sus expresiones en su mente, él había pensado mucho en el significado de que ella viniera del futuro, si había sido un plan divino o no pero finalmente concluyó que eso no importaba, él se había enamorado de ella con locura y eso era algo que nunca se había permitido...

Cipriano comenzó a tocar suavemente a Amelia, era el momento de que se despidieran, le había prometido a Edward que ese dia se lo diría a Amelia, antes de despertarla por completo la olfateo para tratar de grabar en su memoria su aroma afrutado, sentía que cada minuto que pasaban juntos era un regalo.

Amelia se levantó ante la extraña y vigilante mirada de Cipriano, ella supuso que esto era por sus nervios ya que solo faltaban pocos días para que este tuviese que partir eso hizo que ella se le abalanzara encima de él para darle un beso:

-Cipriano huyamos juntos -Dijo Amelia sin pensar pero ella no quería que él participara en la guerra y pensaba que tal vez la razón de su llegada el pasado era para salvar la vida de él, Cipriano la mira con los ojos abiertos como platos, claro que quería aceptar esa idea loca de ella pero sabía que en el fondo no podía -Vámonos a Francia, allí nadie te obligara a participar en la guerra y podrás practicar la medicina y yo… encontraré algo que hacer aparte estaremos con Olivia y Edward -él comprendió que Amelia no entendía las dimensiones de ser considerado un traidor eso sería mil veces peor que luchar y si ella se convertía en esposa de un traidor ella tambien correria el mismo destino que él, es decir, la horca...

-¿Y tu familia? -Cipriano vio como el rostro de Amelia se oscureció

-ellos…

-Vamos a dar un paseo -interrumpió él con el rostro oscurecido, sabía lo que pasaría pronto, no podía dejar que Amelia encontrara un argumento por que sino él se aferraria a ella hasta con su último aire…

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