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La Llave En El Lago

Capitulo 96:

Edward se levanto a las 8:00 am y busco con la mano a su esposa sin embargo ella no estaba al lado en su cama pero pronto sintió el olor a pan tostado y huevos inundando su habitación, se levantó para ver a su esposa como una diosa bajada del cielo tomando una taza de café y leyendo el periodico, tenía una cara muy seria pero Edward agradecio ver la cara de su amada y no la cara de Cipriano, Oliver o algún marinero:

-Buenos días mi amada -Edward se levantó para darle un beso, noto que el desayuno estaba servido en la mesa que estaba al lado de Olivia

-Pedi que te trajeran el desayuno para que pudieras descansar -explicó ella, en el poco tiempo que llevaban casados Edward había entendido que Olivia odiaba comer en la habitación para ella cada habitación tenía un propósito y el propósito de la habitación matrimonial no era comer por lo que a Edward le había extrañado que su mujer dejará que les sirvieron el desayuno allí pero ciertamente estaba bastante cansado y era bastante considerado de parte de ella dejar que comiera en la habitación

-Ojala pudiera descansar pero hay que solucionar el asunto del mayordomo, del viaje y de Amelia -Se quejó él

-Entiendo -suspiro Olivia con una cara de decepción -esperaba que tu y yo… -ella se sonrojo y él entendió lo que ella le pedía

-te prometo que cuando solucione todo haré todo lo que tu quieras -Edward le dio un suave beso en los labios

Después del desayuno, Edward se encontró buscando habitacion por habitacion a Cipriano quien suponia que debia seguir durmiendo, no lo conseguia por ningun lado y luego suspiró para sus adentros dirigiéndose a la habitación de Amelia, allí los encontró “por lo menos tienen la ropa puesta” pensó y se dio cuenta que esa situación ya la habían vivido antes, ambos parecían una pareja de viejos dormían cómodamente uno al lado de otro mientras se abrazaban:

-Con permiso -Dijo Edward mientras se abria paso en la cama separando a ambos y quedando él en el medio

-¿Qué haces? -dijo Amelia malhumorada

-Ignoralo si lo haces se irá y nos dejara dormir -dijo Cipriano mientras se cubría con la sábana hasta la cabeza

-No lo creo, hay mucho que hacer hoy… -Amelia se levantó, sus cabellos estaban lleno de nudos y le costaba mantener los ojos abiertos, miro a Edward y por un momento se sintió que volvía a tener 5 años y que su hermano le regañaba por haberse comido su postre, ella volvió a recostarse con un bostezo

-¿No puede ser dentro de una hora? -Amelia era consciente que debido al incidente de la madruga tendrían que ir a la comisaría y asegurarse que el asqueroso violador se quedara allí por el resto de su vida si era posible pero había estado durmiendo cómodamente por primera vez en semanas y no quería levantarse

-No es posible, por cierto tu hermano está esperando desde hace una hora para hablar contigo -Edward le dijo a Cipriano como si no fuese la gran cosa, apenas le habían avisado de que Luciano Deluca estaba en la mansión pero quería poner presión en Cipriano para que se levantara, Cipriano se quitó la sábana de encima y vio con ojos de odio a Edward

-¿A los condes no les enseñan a respetar el sueño de las personas o no meterse en una cama ajena? -Edward lo miró como diciendo “mira quien habla” y Cipriano fue consciente por primera vez en la posición en la que se encontraba, Edward había actuado con tanta naturalidad que se le había olvidado que estaba compartiendo la cama con una señorita que no era su esposa y si otra persona lo hubiese encontrado en esa situación ya en el mejor de los casos lo hubiesen arrastrado a una iglesia y en el peor le hubiesen disparado

-tu hermano si te esta esperando abajo -dijo Edward con seriedad

-¿cómo diablos sabe que estoy aquí? -se quejó Cipriano

-Supongo que ya toda la ciudad sabe lo que paso anoche -dijo Edward mientras Cipriano se levantó, se puso los zapatos y su abrigo, era lo único que se había quitado para dormir, aunque en honor a la verdad no habían dormido del todo Amelia y él habían compartido besos bastante apasionados antes de que el sueño inevitablemente les ganara, si hubiese tenido energia y ella no hubiese tenido esa mala experiencia durante la noche podrían haber llegado a tener algo más pero el cansancio pudo más, antes de salir de la habitación Cipriano dio un último vistazo a Amelia, tenía el cabello hecho un desastre y parecía tener mas ojeras que antes de que se quedara dormida, le causó gracia su expresión, se notaba que luchaba por mantenerse despierta, a sus ojos ella era perfectamente hermosa aun viéndose de esa manera.

-bajate de la cama, no está bien visto que compartas cama con una mujer que no es tu esposa -gruño de repente Cipriano sintiendo algo de celos al ver que Edward estaba cómodamente en el espacio que él había ocupado antes, sabía que su amigo no se había quedado acostado allí por malas intenciones, seguramente estaba tan adolorido como él por lo del viaje aun así no quería que compartieran cama, a Edward le dolía la espalda sin embargo con un movimiento rápido se levantó

-Luego que hables con Luciano necesitamos hablar -Dijo con seriedad Edward pero ya Cipriano había salido de la habitación

-No lo regañes yo le pedí que durmiera conmigo -Amelia tenía los ojos cerrados y no hacía ningún esfuerzo por intentar levantarse de la cama

-No pienso regañarlo, necesito tratar asuntos urgentes con él -dijo pensando en la llave que parecía pesarle mil veces más en el bolsillo de su pantalón -¿Porque no me dijeron que tenían un romance? -Preguntó Edward algo dolido

-Edward… -Amelia se levantó y se sintió mal Edward por no haberle dicho nada, él había sido muy comprensivo con ella desde que había llegado -no había nada que decir, no teniamos una relacion ni teníamos si quiera se si se podría calificar como un romance

-Una vez te dije que si deseabas casarte con Cipriano tendrás mi apoyo y sigue haciendo así -Suspiro Edward -pero ¿tienen una relación?

-No lo sé -admitió ella -mi objetivo no ha cambiado aunque tengo sentimientos por él no puedo quedarme acá

-Entiendo -suspiró él, Edward no quería admitir que su esposa tenía razón quería demasiado a su amigo para hacerlo perder a la única mujer que parecía tener una verdadera relación...

-Edward necesito que salgas -Amelia le interrumpió sus pensamientos -en quince minutos podremos salir

-¿a donde? -Pregunto confundido el

-Al asunto del mayordomo

-oh, no tu no debes ir a ningún lado

-¿Por qué no?

-tu ya diste tu declaración y bueno este tipo de cosas se trata con discreción

-¿que le pasara a él...? -Amelia quiere que su atacante fuese a la cárcel aunque no sabía cómo se trataban esas cosas y tenía miedo que le cortaran un miembro o que lo sentenciaran a pena de muerte

-No te preocupes por eso -suspiro Edward -Necesito hacer cosas, tu… ayuda a Mary Ann con su tarea

Cipriano camino con pesar para acudir a ver a su hermano, le parecía extraño pensar que Luciano era su medio hermano y que Donato no era su primo sino su medio hermano, no sabia que decir o cómo actuar al respecto.

Encontró a su hermano en la sala, llevaba ropa sencilla y tenía una expresión muy seria, esto le preocupo:

-Hermano -Saludó él al verlo

-Hermano, yo… lo siento olvide ir ha hablar contigo

-No te preocupes por eso, no estoy aquí por eso

-¿Es por lo de mi verdadero padre? Si es así ya Edward me contó la verdad

-No, no es por eso -Él negó con la cabeza -sabía que Edward te diría todo tan pronto se encontrará contigo

-¿Entonces qué te trae aquí?

-Debo suponer que en tu viaje de regreso no viniste con Donato

-Supones bien ¿Por que?

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