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La Llave En El Lago

Capitulo 98:

-No, quería que fueses tu el que se lo informaras

-Entiendo… -El carruaje se detuvo de golpe en medio del camino hacia la ciudad

Edward y Cipriano bajaron del carruaje para ver por que el cochero se había detenido y pronto se dieron cuenta el por que a lo lejos se veía un grupo de la guardia real, no era común que ellos vieran a la guardia real en la ciudad y supieron el por qué, un hombre a caballo se dirigió a ellos mientras el resto parecía vigilarlos desde la distancia:

-General -Saludo Edward que reconoció el grado militar por las estrellas que lucía en el uniforme

-Buenas tardes ¿usted es un noble? -Preguntó el hombre

-Si, soy el conde de Wilson -El hombre sacó una lista de una de bolsa que llevaba al lado del caballo y parecía que estaba buscando su nombre

-¿y su acompañante?

-No poseo título nobiliario pero soy doctor… -Esta vez el que hablo fue Cipriano

-Ah ¿Cipriano Deluca cierto? -El general lo quedo viendo -lo buscamos en la ciudad pero nadie sabia donde residia

-Si -él sintio como el corazón le latía muy rapido pero aun asi contínuo- me mude brevemente fuera del país pero he regresado aunque no tengo residencia en este momento -explicó el, mientras Edward trataba de controlar sus manos se encontraba bastante nervioso por la manera de actuar del general y el hecho de que conociera el nombre de Cipriano sin que este se lo dijera

-tengo entendido que tu cuñado es Oliver... ¿ah.. cuál era su apellido? -el hombre comenzó a buscar el nombre de Oliver en su lista

-No es necesario que lo busque, Oliver es mi cuñado… -Edward y Cipriano trataban de mantener la calma pero tenían un mal presentimiento

-¿Sabes dónde está su cuñado ahora?

-En… mi casa -Edward apuntó a la dirección de la que habían venido

-Entiendo -El hombre buscó y sacó dos documentos -Esto es para usted y su cuñado -Edward tomó los papeles con temor -Como supondrán la seguridad del reino se ha visto comprometida, han habido ataques malintencionados -El general vio con el ceño fruncido al cochero -por lo que se hará una declaración oficial de guerra dentro de dos semanas -Cipriano y Edward sintieron como si en su corazón se hubiese abierto un hueco, lo que habían temido por dias habia llegado más rápido de lo que pensaban

-¿Nos están convocando a pelear? -pregunto Edward

-El rey declaró que ningún noble que no tuviese descendencia sería obligado a pelear, por lo que usted y su cuñado sabrán qué hacer…

-Dijo solo los nobles, eso quiere decir que yo si estoy obligado a pelear -Observo Cipriano

-Como médico no estará en primera línea pero se espera que preste sus servicios…-Fue la respuesta del hombre

-¿y si no lo hace? -Pregunto Edward

-Será considerado un traidor a los ojos del reino y será ahorcado -Edward vio con claro temor a su amigo, si hubiese sabido que eso iba a pasar lo hubiese dejado marcharse con el capitán

-Entiendo ¿Dónde y cuándo debo presentarme? -Cipriano hablaba con calma aunque por dentro temía lo peor, temía pelear contra los mismos ciudadanos que había estado atendiendo como médico desde hacía años o que lo habían visto crecer, también temia por su vida

-En campo rose dentro de dos semanas

-Es el tiempo perfecto para solucionar un par de cosas -suspiro Cipriano -Me tendran alli en dos semanas

-Excelente… supongo que hará llegar a su cuñado la información

-Por supuesto -suspiró Edward

-Entonces me retiro, Buenas tardes -el hombre giró su caballo y galopó en la dirección en la que venían con sus acompañantes, Edward sintió que las manos le comenzaban a moverse descontroladamente y su respiración calmada se comenzó a hacer agitada

-Edward respira profundo -dijo Cipriano preocupandose por su amigo -vas a estar bien, te iras con Olivia y tendrán una fabulosa estancia en cualquier sitio donde decidan vivir

-¿Qué hay de ti? -Edward temía por la vida de su amigo

-ya escuchaste no voy a estar en el campo de batalla, solo ayudaré a los heridos… aparte me han dado una semana para poner todos mis asuntos en orden ¿vamos? seguro que el jefe nos está esperando -Cipriano trataba de aparentar tranquilidad pero no estaba completamente seguro de que sus palabras serían ciertas, estando en la guerra muchas personas morían o eran capturadas y torturadas ¿qué garantía tenía el de que ese no sería su destino?

-Mejor regresemos, hay que informar sobre esto a Oliver y la familia…

Al llegar convocaron una reunión familiar privada, se le prohibió a la servidumbre acercarse mientras hablaban del asunto, aunque Edward era conciente de que el cochero escuchó todo y le dijo a todos que si tenían curiosidad de saber que se iba a discutir que hablaran con el cochero y era que no tenía sentido ocultar la declaración de guerra pero necesitaban un tiempo para asimilarlo en familia y en privado.

Cipriano tenía una mano en el bolsillo apretando fuertemente la llave, mientras observaba a Amelia quien hacía con sus labios una perfecta “o” al enterarse de lo que habían sufrido de camino a la ciudad, su cara palideció al enterarse que Cipriano era el único que estaba obligado a ir al campo de batalla, ella lo buscó con sus ojos y vio que él tenía una apariencia seria y calmada este también la miraba fijamente, como si quisiera decirle algo:

-¿Qué vas a hacer? -Le pregunto Oliver a Cipriano, este tenía una cara de cansancio aunque de los tres hombres el era el que mas habia podido descansar

-Mañana buscaré a mis sobrinas y las dejare a cargo de Luciano -Respondió él como si se tratara de ir a dejar el periodico, no era que Cipriano no quisiese a las niñas pero las conocía muy poco, les parecía que eran encantadoras y con el carácter de su madre Crista pero al no tener contacto con Donato no había creado ningún lazo afectivo con ellas aparte era obvio que Luciano por su posición religiosa no seria llamado a las armas y mientras su padre no apareciera ese seria el lugar más seguro para ellas-Luego descansare del viaje y partiré el lunes que viene a campo rose

-Cipriano… -Comenzó a decir Amelia sin embargo Cipriano la miro y le guiño el ojo de manera coqueta, ella se sonrojo por que no esperaba que él se le insinuara de esa manera en una situación como esa

-Yo partiré contigo -Anuncio Oliver haciendo que todos se giraron a verlo sorprendido

-¿Qué? -preguntó su madre con una voz agitada

-Edward debe marcharse con Olivia y contigo -dijo él -debo admitir que Edward está mejor posicionado económicamente para cuidarlas así que ire yo

-Pero no es obligatorio -dijo Olivia en su voz se notaba el desespero

-No lo es pero ¿que crees que pensara el rey cuando dos miembros de una familia de nobles no se presente a su llamado por voluntad propia?

-Oh -dijo Edward que no había pensado en eso pero recordó cómo el guardia habló sobre la traición

-El rey entenderá que Edward está mejor posicionado para mantener a la familia en caso de mi muerte por lo que perdonara su ausencia pero si faltamos ambos seguramente buscara alguna excusa para acusar a alguien de traición -Olivia y su madre comenzaron a llorar -¿no creen que sea capaz de defenderme? -Oliver palideció y comenzó a verse nervioso, la seguridad con la que había hablado comenzaba a flaquear y Amelia lo noto

-No -Dijo Amelia -Anoche me salvaste y sé que eres capaz de sobrevivir a cualquier cosa, no dudes nunca de eso…

-Gracias -susurró él

Con el ambiente tan pésimo que había creado la noticia la familia se dispersó, Edward salió a la ciudad para hacer los tramites que tenia planeado hacer desde un principio, Oliver se quedó con su madre contándole de su aventura en el mar y como detuvieron la boda de Cipriano, Olivia caminaba nerviosa mientras escuchaba sin realmente escuchar a su hermano hablando con su madre.

Cipriano tomo un baño largo y seguidamente se acostó a dormir en una habitación libre, Amelia lo encontró profundamente dormido en la habitación que él había elegido, silenciosamente se metió en el espacio que quedaba libre, él sintió como el peso de ella hundía el colchón:

-¿Es que acaso meterse en camas ajenas es de familia?

-Probablemente -bromeo ella -Cipriano yo… -Ella comenzo a acariciar su cabello -me gusta dormir contigo, no me refiero al sexo… yo… -Amelia no sabia que decir mucho menos como actuar, Cipriano la rodeó con sus brazos y la atrajo a su pecho ambos se quedaron en silencio en esa posición hasta que el sueño les gano y por un momento fue completamente perfecto, olvidándose de todas las malas cosas que pasaron y que pasarían...

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